El Bar Pascual de Siesta celebra ser uno de los premiados. | Toni Planells

«¡La madre que me parió! Todo el año viniendo a la cafetería y no he sido capaz de comprar un puñetero décimo», musitaba un hombre mientras daba vueltas en la terraza del bar Pascual de Siesta mientras sus vecinos celebraban el quinto premio que repartió 936.000 euros en su barrio.

Se trata del número 1568, dotado con 60.000 euros a la serie y 6.000 a cada décimo, que los niños de San Ildefonso cantaban a las 10.40 horas y que, aparte del Bar Pascual de Siesta, se vendió también en Barcelona, Tarragona, Cádiz, Las Palmas, Vizcaya, Santa Cruz de Tenerife, Madrid, Sevilla, Alicante, Castellón, Valencia, Asturias, Badajoz y Cantabria, entre otros lugares.

Pascual, propietario del bar que repartió el premio entre sus vecinos de Siesta, ha pasado una mañana frenética entre celebraciones mientras hacía equilibrios para atender a sus eufóricos clientes y a la prensa que se congregó en su establecimiento. «Hemos repartido el premio en todo el barrio», declaraba con orgullo y euforia mientras reconocía entre risas que «no me esperaba que nos tocara este quinto premio. ¡Esperaba que nos tocara el Gordo!».

Entre los clientes de Pascual agraciados con este quinto premio se encontraba Miguel Ángel, que declaraba que con los 6.000 euros «me dará para cubrir cuatro cosillas pendientes, poco más».

Francisco y Dolores también celebraban la misma suerte de sus vecinos y adelantaban que «con este pellizquito invitaremos a comer a toda la familia y a todos los que podamos».

Compartiendo una copa de cava, Vicky y Berni celebraban también la fortuna de haber comprado un décimo para ellos «y otro para nuestra familia de Valencia» mientras intentaban ponerse de acuerdo a la hora de decidir dónde se van a ir de viaje con el dinero del premio. «Él quiere ir a Roma y yo a París», explicaba Vicky mientras reconocía entre risas que «es muy probable que nos dé para ir a los dos sitios, así no discutimos». A pocos metros, Nieves celebraba su premio junto a su madre mientras adelantaba que «me lo gastaré estas Navidades en regalos para toda la familia; es la primera vez que me toca algo».

El premio más madrugador de la mañana ha sido otro quinto premio al número 88979, que también se repartió en Ibiza, en el punto de venta de Lotería de Bartomeu Roselló. Su responsable, Gerardo Tur, reconocía a primera hora que «no sé cuantos hemos vendido ya que se vendieron todos desde la máquina». Hecho con el que Gerardo reivindica la venta de Lotería en este formato ya que « aunque a la gente le guste más comprar el décimo en el billete de toda la vida, todos los números están en el bombo».

Fanny Yern, desde su punto de venta de Lotería en Puig d’en Valls, también repartió la suerte del sorteo extraordinario de Lotería de Navidad hasta con dos quintos premios con los números 86007 y 57421. Acostumbrada ya a repartir suerte e ilusión, Yern ya repartió 10.000 euros hace una semana en el sorteo de La Primitiva y sus sentimientos la mañana de este viernes eran agridulces ya que ni siquiera hacía 24 horas que su madre, María, había fallecido a los 99 años de edad. «Ella siempre me dijo que aquí repartiría muchos premios y acertó», comentaba Fanny que reconocía que «lo que más lamento es que no lo pueda haber vivido hoy», mientras recibía las felicitaciones por parte de sus vecinos y amigos por su fuerza y valentía a la hora de seguir en activo en un día tan duro para ella. «Es lo que mi madre hubiera querido», declaraba la lotera de Puig d’en Valls con emoción.