El Bar Nou, lleno de gente. | Toni Planells

Situado en la avenida Sant Josep de sa Talaia, al lado de la gasolinera, el Bar Nou es uno de los bares decanos en la isla de Ibiza. Su actual propietario, Toni Bonet, no tiene ninguna duda de que «como mínimo, a principios de los años 70 seguro que ya existía porque cuando yo era pequeño ya lo recuerdo». Sin embargo, sus clientes más veteranos sitúan la apertura del Bar Nou por parte de sus fundadores, Vicent Fontassa, con su característico bigote, y Joana (fallecida hace apenas una semana) a principios de los años 60. «Yo tengo 60 años y cuando era pequeña ya estaba abierto», comenta Fina mientras Toni, su marido y primo de Bonet, recuerda que «en esa época solo estaba el Bar Nou, Can Cifre y Can Cabell en esta zona». «Joana era como si fuera mi madrina», apunta Fina con nostalgia.

El local del Bar Nou se encontraba, en su primera etapa, a unos metros de donde se ubica hoy en día, al otro lado de la carretera con su característica entrada de color azul antes de que, en 1982, la ampliación de la carretera llevara a Fontassa y a Joana a mudarse al actual local.

El matrimonio gestionó el bar hasta su jubilación. Desde ese momento, en 2001, Toni Bonet se hizo con el timón del Bar Nou tras su larga experiencia en hostelería en establecimientos como Ses Campanes.

Dudas

«Joana y Fontassa hacían una tapa diaria y, cuando llegué yo, decidí ampliar la oferta de tapas, que son nuestra señal de identidad» explica Bonet, quien reconoce que «al principio no estaba muy seguro de que fuera buena idea, pero finalmente funcionó». Bonet explica el secreto del éxito del Bar Nou en tres puntos clave: «calidad, servicio y limpieza».

Respecto a la calidad, Bonet pone en valor que «siempre usamos producto ibicenco y de temporada». Además «hacemos las tapas cada día y jamás las calentamos en microondas. De hecho, ni siquiera tenemos uno». Entre la nutrida lista de tapas, entre las que encontramos frita de cerdo o de freixura, así como tortilla de patata, Bonet considera que «nuestra tapa insignia es, sin duda, la frita de pulpo». Un plato de lo más laborioso que Miquel y Mari, esposa de Toni, preparan con cuidado en la cocina junto al resto de tapas. En cuanto al servicio, el responsable del Bar Nou no oculta su satisfacción con su equipo de eficientes camareras, formado por Maira y Jess, «mi mano derecha».

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Aunque no lo ponga en el trío de los puntos clave de su negocio, Toni también subraya el trato a los clientes como un elemento fundamental de su negocio. «Si tratas bien a los clientes, siempre vuelven. De hecho, la relación que tenemos va más allá del negocio: son amigos, no clientes, algunos son parte de mi familia». «Comer aquí es como comer en casa», confirma Miquel, otro de los clientes veteranos de Toni, quien insiste en que «cuando llego, no tengo ni que pedir; me sirven lo que saben que me gusta sin necesidad de que les diga nada». En este sentido, Toni apunta que «un buen camarero es como un buen médico, que solo con ver a su paciente ya sabe qué le pasa».

Otro de los cambios que implementó Bonet fue respecto al horario. «Tras salir de Ses Campanes tuve claro que los domingos tocaba descansar, tener un poco de vida y, desde entonces, cerramos este día». Otro cambio en los horarios del Bar Nou vino tras la pandemia, «hasta que llegó el COVID abríamos cada día de 07.00 a 23.00 horas. A partir de entonces decidimos mantener ese horario solo los jueves y viernes; los demás días cerramos a las 18.00 horas en invierno y a las 20.00 horas en verano».

Trato maravilloso

Alejandro desayuna habitualmente en el Bar Nou y lo califica como «una maravilla» y destaca que «lo mejor es el trato que te dan las camareras siempre con simpatía».

Una prueba de que, efectivamente, la insignia del Bar Nou son sus tapas son los comentarios de clientes como Vicent, quien explica a este rotativo que «es el rey de las tapas; vengo habitualmente desde que me jubilé hace dos años, ahora que tengo tiempo». Vicent no va solo al Bar Nou, «nos llegamos a juntar cinco o seis», y en esta ocasión son Jordi y Chillón quienes le acompañan en el desayuno. «Las tapas son deliciosas, pero el servicio también es inmejorable», opina Jordi mientras Chillón apunta que «lo mejor es la comida, lo peor es el precio». Una crítica que Toni asume y justifica con la calidad del producto el trabajo que lleva elaborar a diario cada una de sus exitosas tapas.

Segundo lleva «más de 20 años viniendo a este bar; me gusta encontrarme siempre a gente de aquí». Diego también lleva años como cliente del Bar Nou, «antes venía solo los fines de semana, ahora ya tenemos hasta una mesa adjudicada», comenta entre risas. «La puntuación general es un 10», califica Toni, quien argumenta que «hay comida casera como la de toda la vida y un servicio excelente».

A sus 71 años, Vicent Bellotera data la apertura del Bar Nou por parte de Joana y Fontassa «seguramente a finales de los años 50, porque en el 62 estoy seguro que ya estaba abierto». Compartiendo mesa con Bellotera, Toni Roques vuelve a reiterar que «la calidad de las tapas es inmejorable» mientras su compañero, Mariano Xarco, afirma con contundencia y humor que «son las mejores tapas de la isla, aunque lo mejor del bar son sus camareras porque desde que se ha adelgazado el dueño ya no está tan guapo». Más enserio, Xarco no quiere dejar de poner en valor que «el ambiente aquí es muy ibicenco».