Las pérdidas para este negocio, fueron de unos cinco mil euros, en cuarenta carros que quedaron calcinados. | Arguiñe Escandón

Miguel Puertas (20) venía de clases desde Ibiza y llegando a casa pasó por delante del Eroski de ses Païsses (Sant Antoni) cuando percibió que una pequeña llama salía de la fila de carros de la compra que en el aparcamiento estaban estacionados. «Vi que no había nadie fuera percatándose; di la vuelta y entré al parking. No se había quemado nada aún, pero era como si alguien hubiese cogido una bola de papel y la hubiese tirado», explicó el joven a Periódico de Ibiza y Formentera .

No pudo percatarse de ninguna persona que estuviese por la zona, pero asegura que tampoco se fijó mucho sino que simplemente pensó en avisar y llamar a Emergencias, aunque especula que no habría pasado más de un minuto desde el inicio del fuego, ya que la propagación fue muy rápida. «Empecé a tocar la puerta porque el supermercado ya había cerrado; vino una chica y al avisarle abrieron la puerta inmediatamente», asegura Miguel. Gracias a él, la Policía Local de Sant Antoni llegó de inmediato. Antes de su llegada, los empleados intentaron apagar las llamas con tres extintores pero fue imposible: fueron los agentes policiales quienes con la manguera del negocio terminaron con el fuego.

El director regional de Eroski de Ibiza y Formentera, Antonio Moya, explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que desconocen las causas del incidente, pero se sospecha que fue intencionado: «Creemos que puede ser un acto de vandalismo total, que tiraron algo inflamable en los carros, pero vaya que con una cerilla no se pega fuego; le echarían alcohol o no sabemos qué».

Un operario lleva a cabo las tareas de limpieza.
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Las cámaras sólo alcanzan los perímetros de la gasolinera y las entradas pero no la puerta. Asegura el director que solo son especulaciones, pero que un papel solo o una colilla no habrían prendido el material de los carros, pues «esos carritos de plástico no se incendian con una colilla porque son antiinflamatorios».

Lo que más preocupaba era la gasolinera y el poste de telefonía al que le llegaron las llamas. De hecho, en la mañana de este jueves hubo problemas de comunicación que al mediodía finalmente ya fueron solucionados. Pero no se unió ningún factor que llevase más allá la tragedia: «Gracias a Dios no ha pasado nada, que es lo principal, que tampoco había ningún coche ahí ya que todavía había empleados dentro; en esa situación si que podríamos haber hablado de una desgracia porque un coche con la gasolina y demás puede estallar y habría sido mucho más preocupante».

Las pérdidas para este negocio fueron de 5.000 euros en un total de 40 carros que quedaron calcinados, según expuso Moya.