Una imagen durante el estudio de la Posidonia en Talamanca. | Soledad Torres

Este martes se ha presentado el último informe del GEN-GOB, junto a la fundación IbizaPreservation, un análisis de la tendencia registrada durante los últimos años en la degradación de las praderas de Posidonia oceánica, concretamente en la bahía de Talamanca. El estudio, que empezó en 2019 y que cuenta con cuatro estaciones de monitorización, ha constatado que la recuperación de la densidad de Posidonia en esta zona son inexistentes. Todo ello basado en la comparativa con la estación control, ubicada en Cala Roja, donde sí ha habido avances.

«Después de cinco años de estudio podemos afirmar que más del 50% de la praderas de Posidonia de la bahía de Talamanca está muerta», señaló tajante Xisco Sobrado, Coordinador del Área Marina del GEN-GOB. En este sentido, Sobrado ha recordado los numerosos beneficios de la Posidonia sobre el mar balear, manteniendo las aguas limpias, fijando la arena de la playa y mitigando los efectos del cambio climático. La bahía de Talamanca, junto a la Bahía de Sant Antoni, son dos de las zonas más afectadas por la pérdida de Posidonia.

Un momento de la rueda de prensa de este martes.
Fotos: Irene Arango.

«Hay que actuar inmediatamente para revertir esta situación», explicó Jordi Grivé, regidor de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ibiza. La principal amenaza de las praderas de Posidonia son los incontables fondeos que se producen cada verano cerca de la bahía de Talamanca, así como en otras zonas de la isla.

Grivé ha asegurado que endurecerá la ley de balizamiento lo máximo posible de la línea de playa para que, al menos, se cumplan firmemente los 200 metros estipulados. De esta manera, se reduciría la presión sobre las praderas de la bahía, además de no suponer un impacto visual por la aglomeración de embarcaciones.

Asimismo, Grivé ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de incluir campos de boyas ecológicas en la bahía de Talamanca para mitigar el los fondeos ilegales y reducir su impacto sobre la pérdida de densidad de Posidonia. Finalmente, el estudio del GEN-GOB afirma que reducir el número de embarcaciones durante la temporada estival es fundamental para preservar las praderas de Posidonia oceánica.