Primera reunión del colectivo ciudadano ‘Aixeca es cap! Eivissa. | Moisés Copa

Ya se ha formalizado la primera reunión del colectivo ciudadano Aixeca es cap! Eivissa. Se trata de un grupo de padres y madres que han decidido tomar acción por la creciente preocupación del uso de la tecnología en los jóvenes. Belén, una de las impulsoras, explicó ayer por la tarde a Periódico de Ibiza y Formentera que «parece que estás tú solo pero cuando lo comentas ves que no».

Todo surgió como un grupo en redes sociales, que ya cuenta con casi 500 usuarios, y durante la tarde de este miércoles tomó consistencia en una charla a la que asistió medio centenar de personas. Como explicaron las tres madres precursoras, se han ido formando e identificando que existen muchos progenitores preocupados a nivel nacional, que van surgiendo movimientos y que este hábito ha generado muchas inquietudes: «La preocupación no es solo a nivel familiar sino también del ámbito educativo y en el científico y en los estudios e informes ya están especificadas las consecuencias, como pueden ser cambios en la conducta o emocionales».

Protegerlos

«Vamos a protegerlos», señaló Eva, para tratar de atrapar ahora lo que se puede convertir en un problema más grande a largo plazo. Una de las ideas fundamentales es evitar que dependan del teléfono en materia escolar: «Nuestro objetivo es intentar hacer algo para que no sea obligatorio que los niños a los 12 años tengan que tener un dispositivo con acceso a internet de uso libre porque es malo si se utiliza antes de que tengan la capacidad para usarlo bien».

Los planteamientos de los asistentes fueron encontrar alternativas para facilitar el retraso en la compra de los teléfonos y que los centros educativos adviertan también a los padres de los peligros que conlleva a tan temprana edad. Una madre asombrada planteó que «ahora parece que la edad de la comunión es la del móvil porque todos lo piden y lo tienen a esa edad». También surgió la propuesta de concienciar a los menores de modo que «ellos mismos puedan darse cuenta» sin que lo vean como «una imposición o un capricho de los padres».

«No somos anti tecnología»

Quisieron dejar claro que no son padres anti tecnología: «Está claro que la tecnología es una herramienta estupenda y no somos anti tecnología; está aquí para quedarse, la tenemos que usar todos, lo único que pedimos es usarla con cabeza. Si sabemos que es algo malo, ¿por qué lo dejamos libremente?». En este sentido, todos los asistentes coincidieron y lo compararon con situaciones como beber alcohol, fumar o conducir, que aunque tengan la posibilidad de acercarse a ello, la ley lo regula. Una madre preocupada planteaba que «es un Goliat que ha caído a plomo y es un desenganche que es muy difícil realizar». Ella tiene claro que «el teléfono con internet es un objeto de adultos».

Han planteado acciones individuales y colectivas para llevar a cabo. El plano individual es fundamental, según insistieron: «Nosotras vamos a partir de la familia porque los teléfonos interrumpen en todo. Entonces vamos a empezar a mirar el uso que estamos haciendo los padres y madres para después explicarle a ellos que es malo. Porque cuando lo analizas ves que interfieren en las dinámicas de todas las situaciones cotidianas y ellos lo ven y asumen presente. Tenemos que hacer una reflexión y nosotros cambiar nuestra relación con la tecnología para después exigirles a nuestros hijos». También hablaron de enseñar bien que «es una ventana por la que puede entrar cualquiera», protegerlos de los riesgos, generar nuevas pautas o retrasar la edad de entrega de estos dispositivos.

En el plano colectivo, precisaron que siendo una asociación de madres y padres poco a poco puede «hacer mucha fuerza» si cada uno en sus centros o administraciones locales propone algunas normas, como saber cuánto tiempo usan las pantallas en la jornada ellos y los profesores. Además, hablarlo y darle importancia en el entorno «porque la conciencia en la gente ya está» y fomentar la empatía y el respeto.