Los comercios del barrio histórico de Vila dan un lavado de cara a sus negocios con la llegada de la temprana Semana Santa. | Irene Arango

Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, ya son muchos restaurantes y comercios del barrio de la Marina, en Vila, los que se preparan para la llegada de nuevos turistas a la isla. Atrás quedan las calles vacías, sin vida, y con prácticamente todos los locales cerrados dando paso a calles transitadas por pintores y albañiles que buscan ‘dar un lavado de cara’ antes de la reapertura de este año.

Expectativas

Es el caso de la Cafetería La Estrella, ubicada en la Plaza D’Antoni, que este año ha abierto sus puertas un poco antes por ‘culpa’ de la temprana Semana Santa. Sus previsiones para estas vacaciones son muy buenas. «En principio tenemos muchas expectativas de que venga gente. Esta zona siempre es una de las más transitadas», aseguró Verónica, una de las encargadas del local. Asimismo, Verónica asegura que «por suerte» no están sufriendo problemas a la hora de encontrar personal ya que casi toda la plantilla repite año tras año y ya están «afincados» en la isla desde hace tiempo.

Cerca de esta cafetería, Toni, hijo de los dueños del Bar Peixet, se encontraba barnizando las mesas. «Ahora toca la puesta a punto. Semana Santa siempre suele ser días de faena y movimiento», explicó el joven. Este pequeño y familiar bar es uno de los más emblemáticos de la Marina y, aunque en Semana Santa «se apañan» con el personal, Toni explica que el problema de la vivienda es uno de los quebraderos de cabeza de cara a encontrar personal. «Encontrar trabajadores… chungo. Muchos quieren venir pero no tienen donde dormir», aseguró.

La pequeña tienda Década, ubicada en pleno corazón del histórico barrio, es otro de los locales que «de toda la vida» que desde hace unos días se encuentran abiertos. «Abrimos hace diez días, aunque solo por la mañana. Ahora estamos aprovechando para limpiar», explicó su dueño Vicente, que recordó que Décadas está afincada en el mismo sitio desde hace 31 años. Asimismo, Vicente asegura que la Semana Santa muchas veces es «una lotería». «Llegan nuevos turistas, después baja bastante… Nunca se sabe. Empieza a llegar turismo antes pero de manera más gradual», explicó el vecino de Vila.

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El mismo caso que Leopandra, un restaurante ubicado a escasos metros, regentado por Pancho Molina. «Siempre haces unas previsiones de cara a Semana Santa y nunca se ajustan», explicó el hispanoargentino que asegura que «la Marina con el nuevo alcalde se está recuperando tras unos malos años». Por su parte, Leopandra se mantendrá abierta de cara a Semana Santa pero es «muy viable» que vuelva a cerrar sus puertas prácticamente hasta finales de abril, fecha donde abren las discotecas de Ibiza.

‘Openings’

Claudio Cavallo, dueño de Can Rafal, tiene las mismas previsiones que Molina y no descarta abrir durante esta festividad para después volver a cerrar temporalmente hasta la llegada de los nuevos turistas con los famosos openings. «Ya estamos abiertos hace dos semanas mientras vamos arreglando cosas», explicó Cavallo que puntualiza que «por el momento no se ve mucha gente».

«Nuestras expectativas son buenas pero tenemos que esperar todavía. El año pasado, marzo y abril fueron dos muy buenos meses en los que trabajamos mucho, especialmente de día», explicó.

«Esperamos que el tiempo desde que finaliza Semana Santa hasta que abran las discotecas sea bueno. Esa es la clave», puntualizó. Uno de los grandes males de cara a la temporada para Can Rafal, al igual que para muchos otros negocios, es la búsqueda de personal. «Cada año alquilamos una casa para ofrecer al personal porque sino no hay manera», aseguró el gerente.