La inversión global decrece y la plurifamiliar sigue perdiendo fuelle en favor de la unifamiliar de lujo. | Jaume Morey

Balears lleva 15 años sin pasar de las 4.000 viviendas construidas anualmente cuando lo ideal, en aras de una adecuada respuesta a la demanda existente, sería haber llegado a las 7.000. Así lo aseguraron ayer desde la Asociación de Constructores de Balears, quienes, a tenor de las estadísticas, constatan que el problema de la vivienda va a seguir siendo un problema estructural para el Archipiélago a corto y medio plazo. En este sentido, la Asociación de Constructores de Baleares destacó ayer que la inversión en obra pública en 2023 se desplomó en las islas hasta un 42%, empeorando el problema habitacional al calcularse un déficit aproximado de unas 35.000 viviendas.

Para la presidenta de la Asociación balear de Constructores, Fanny Alba, el problema se ha ido agravando hasta alcanzar el déficit actual que arrastran las Islas, estimado en unas 35.000 viviendas. Un déficit que, alertan, se verá incrementado en los próximos años debido al aumento poblacional previsto por las proyecciones del Instituto Nacional de la Vivienda (INE). Así, «durante los próximos 13 años sería necesario poner en el mercado de venta y alquiler 10.300 viviendas anuales para equilibrar demanda y oferta con el incremento de población».

Aumentó de las unifamiliares

Desde las Pitiusas, la presidenta de la Asociación de Constructores de la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera, Consuelo Antúnez, consideró «muy significativo» que el pasado año la inversión en vivienda pueda equipararse a la de 2022, aunque bajó «bastante» la construcción de plurifamiliares y aumentó la edificación de unifamiliares.

Los constructores, al igual que hace un par de semanas hicieron los arquitectos, se refirieron a este descenso de plurifamiliares registrado en las Pitiusas. Según señaló el Colegio Oficial de Arquitectos en Ibiza y Formentera (COAIB), la edificación en Ibiza de viviendas unifamiliares, seguido del uso turístico, es lo que ahora mismo estaría tirando del carro de la construcción al suponer un 86% del total de la actividad.

Antúnez resaltó que, según el balance de la patronal balear de constructores, la inversión en euros sí fue más elevada en 2023, lo cual significa que no se está construyendo vivienda asequible y sí segundas residencias o de tipo vacacional.

Otro problema detectado es la falta de mano de obra en el sector, una circunstancia que se repite en todas las islas. «Tenemos esa carencia como en todos los colectivos. La vivienda aquí es muy cara y la gente no quiere venir», lamentó la presidenta.

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Según los datos recogidos por la Asociación de Constructores de Baleares, la inversión en construcción tanto pública como privada alcanzó el pasado año los 2.055 millones de euros, un 15,4% menos respecto a 2022.

En concreto, en Ibiza y Formentera la inversión privada se redujo un 3% y son diversas las variaciones en las islas en relación a este capítulo. En Mallorca, dicha inversión aumentó casi un 1%, mientras que en Menorca descendió un 23%.

De media, en todas las Baleares el número de viviendas plurifamiliares se redujo un 9,9% frente a las unifamiliares que crecieron un 1,8%. En las Pitiusas, además, los proyectos descendieron un 3% con un total de 798 obras registradas.

Inversión turística

Al igual que Antúnez, desde la Asociación balear de Constructores concluyeron que se está construyendo «muy poca» vivienda y la que se construye «no es asequible». Estos profesionales defendieron la necesidad de recuperar el ritmo de edificación de vivienda pública, potenciando así el acceso a las VPO.

La inversión turística, por otro lado, se redujo en las Pitiusas hasta un 44%, siendo la zona de Baleares con el descenso más acusado. La patronal lamentó que las islas fueron en 2023 la segunda región con el mayor descenso en el número de licitaciones procedentes del sector público. Con una reducción total del 42%, los constructores apostaron por corregir en un futuro inmediato la «cascada» de licitaciones desiertas. «Nunca se ha construido en las islas tan poca vivienda, a excepción de la crisis inmobiliaria», afirmaron desde la patronal balear. Para 2024, apuntaron a una actividad marcada también por una pequeña tendencia a la baja.

La patronal consideró que, según datos del incremento poblacional, en los próximos 13 años se deberían poner en el mercado para alquiler y venta 10.300 viviendas anuales para equilibrar la demanda y la oferta. También consideró que no se están aprovechando las medidas que propone el Decreto ley de vivienda.