Laura Redolat, ‘Satone Mei’ en la puesta de largo de su primer manga, ‘Languages I gess’ en Sa Nostra Sala . | Toni Planells

Laura Redolat, que firma con su alter-ego Satone Mei, presentó este lunes en sociedad su primera publicación, ‘Languages I guess’ (Balàfia postals) en el espacio cultural de Sa Nostra Sala acompañada por su editora, Neus Escandell, su profesor de dibujo manga, Francisco García, y la educadora Sandra Vericad.

Proyecto

«Se trata de la primera parte de un proyecto más grande que pretendo ir ampliando con el tiempo», comienza matizando la joven autora, Redolat tiene 17 años, para explicar que, con «Languages I guess» pretende «hacer más accesible y entretenida la lingüística y la historia de la lengua, que son mis pasiones».

Para lograr su propósito Redolat se inspiró en su anime favorito, ‘Hetalia’, del género gijinka, una rama del manga que consiste en personificar conceptos. En el caso de ‘Hetalia’ los personajes protagonistas son países, en el de «Languages I guess», Satone Mei convierte en personajes antropomórficos a «algunas lenguas de Europa» a las que dota de distintas personalidades.

Personajes

«La personalidad de cada personaje es la única parte subjetiva, todo lo demás pretende ser de lo más riguroso en cuanto a la historia de la lengua», matiza la autora para reconocer que «hay algunas lenguas a las que tengo cierta manía, las imperiales, aunque he intentado que no se me note demasiado». «Hay un personaje que me da mucha rabia no haber creado» reconoce Redolat respecto a su legua materna, el catalán.

«Las lenguas no tienen la culpa, pero se han usado muchas veces como herramienta para someter a otros pueblos», explica Satone Mei para justificar que ha personificado la lengua rusa como «prácticamente una villana, tengo debilidad por las lenguas eslavas y la historia de Europa del Este, y el ruso siempre ha sido la lengua tiránica de esa zona».

«También hay historias de solidaridad como la del bielorruso y el lituano, cuando se tuvo que imprimir la gramática bielorrusa en Lituania en la época de la Unión Soviética», matiza la autora.

La composición del libro se compone «de cinco capítulos en los que refleja las cinco familias lingüísticas de Europa, en las que se presentan diferentes personajes», tal como explica Redolat, que reconoce cierta predilección por las lenguas románicas, «tal vez porque tenga más historia que las demás». En este capítulo Satone Mei admite que «le he dado un poco más de espacio que a las demás a la lengua rumana, que me parece muy divertida y viene de una cultura a la que le gusta mucho la diversión, a la vez que se siente un poco marginada por las demás lenguas de su familia, que siempre la ignoran y se olvidan de ella».

Futuro

Cara a futuro, Satone Mei adelanta que está estudiando dos opciones para su próximo trabajo, «tengo dudas entre hacerlo sobre las lenguas del norte de África o sobre las de la zona indoeuropea». Toda una declaración de intenciones para continuar el proyecto que la estudiante de Bachillerato de Humanidades comenzó durante la pandemia y que, tal como explica, «me sirvió como trabajo de investigación en primero de bachillerato, ¡quién me iba a decir que acabaría publicándolo!»