Los doctores Joaquín Seguí, Josep Maria Tugués y Roberto Oropesa, presentaron ayer el congreso. | Irene G.Ruiz

La primera causa de hospitalización de los mayores de 65 años es la insuficiencia cardiaca, una patología que tiene una alta tasa de reingresos y estancias medias elevadas. «Es la causa de ingreso más frecuente en las áreas médicas por varios motivos; es una enfermedad crónica y produce descompensaciones», explicó ayer el doctor Josep Maria Tugués.
Para abordar esta patología, los estudios y proyectos más recientes, el Grupo de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Medicina Interna celebra a partir de hoy la XII reunión de Insuficiencia Cardiaca que congregará a casi 300 especialistas, la mayoría internistas, aunque también se invitan a cardiólogos que tratan a pacientes con insuficiencia cardiaca.

Colaboración
Tugués, representante del comité organizador, explicó que los internistas trabajan en colaboración con los cardiólogos: «Muchas de las pruebas, como ecocardiografías o pruebas de esfuerzo las hacen los cardiólogos y, en eso, trabajamos en íntima colaboración». El internista aclaró que los cardiólogos «manejan fundamentalmente la insuficiencia cardiaca relacionada con la cardiopatía isquémica» y que se trata de pacientes, fundamentalmente, jóvenes. En cambio, los enfermos que tratan los internistas «son de edad avanzada, con más de 65 años, y pluripatológicos, que además de la insuficiencia cardiaca tienen otros problemas como insuficiencia renal o hipertensión», explicó.
El cardiólogo Joaquín Seguí, uno de los médicos de Eivissa que participa en este congreso, explicó que casi el 17% de la población mayor de 70 años padece insuficiencia cardiaca crónica: «Es una pequeña epidemia dentro de la sociedad occidental. Aparte de la actividad asistencial, precisa de políticas sociales y económicas porque se lleva gran parte del presupuesto del sistema nacional de salud» .
El congreso, que se prolonga hasta el día 8, se celebra en el Palacio de Congresos de Santa Eulària.

«Es una enfermedad con una mortalidad bastante alta
Roberto Oropesa, internista de CanMisses que atiende a pacientes con insuficiencia cardiaca, destacó que pese a que en los últimos 15 años se han comercializado fármacos que reducen la mortalidad y aumentan la calidad de vida, «sigue siendo una enfermedad con una mortalidad alta». Ultimamente han surgido programas de atención en domicilio o unidades de insuficiencia cardiaca «implantadas en muchos hospitales y manejadas por cardiólogos e internistas», intervino Tugués. Sobre la viabilidad de esta unidad en Can Misses, Oropesa señaló que «faltan recursos para que hospitales de nuestro tamaño puedan tener esta unidad».