Una niña deposita la carta en el buzón instalado en la carpa de Vara de Rey en Vila junto a la ayudante de los carteros reales.

Un coche teledirigido y 500 pilas para que no deje de funcionar nunca. Es solo uno de los regalos que Antón, de 6 años, escribió en la carta que depositó ayer en el buzón real de la carpa del paseo de Vara de Rey de Vila. Su madre dice que quiere tantos juguetes que ni se acuerda de los que ha pedido. En cambio, Franky, de 4 años y medio, tiene claro lo que le van a traer. Un perrito robot, un pinball de los Minions y el Gastón Cabezón. Y eso que duda cuando le preguntan si se ha portado bien durante el año. Marta, de dos años, tiene un problema. Ha pedido un robot que está agotado en los almacenes de los Reyes Magos aunque su madre le dice con mirada cómplice que sus majestades seguro que lo encontrarán.

Durante toda la tarde, decenas de niños se sentaron en las rodillas de los pajes reales que escucharon los deseos de los niños. Las reinas magas, tan de moda este año, tienen por primera vez en Eivissa una emisaria. María Ángeles, una monitora del colegio Sa Real, es la «paje» del rey Baltasar. Dice que «ya era hora» de que una mujer recogiera las cartas de los niños. Además, asegura, «a un niño le da igual que el paje sea hombre o mujer».

Coches, consolas, videojuegos. Son los juguetes más solicitados por los más pequeños, aunque este año cuentan que algunos dicen que sus padres les han prohibido pedir muchas cosas.

Alejandro es el más veterano recogiendo cartas. Lleva 6 o 7 años haciendo de paje, este año del rey Melchor, y por aquí pasan hasta sus hijos a los que les explica que trabaja como ayudante de los Reyes Magos. Para Hipólito, sin embargo, es la primera vez como paje y, por sus primeras impresiones, no será la última. Dice que recibir a los niños es «un chute de energía», una manera de recibir «la vitalidad y la ilusión que vas perdiendo cuando te haces mayor».

Los niños más rezagados todavía tienen tiempo de entregar sus cartas. Esta tarde, de 17 a 20 horas, los pajes reales estarán en el Mercat Vell, donde también se harán actividades infantiles y talleres.

La hora de comprobar si los deseos se han hecho realidad será mañana cuando los Reyes Magos lleguen a las 6 y media de la tarde cargados de regalos al puerto de Vila.