Úlceras y llagas provocadas por la presunta desatención o mala praxis hacia los internos, marcas de golpes por una asistencia incorrecta y una alimentación deficiente. Son algunos de los hechos planteados en una de las denuncias presentadas ante la Guardia Civil de Sant Antoni y que llegó al juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa en funciones de guardia.

«Lo que está pasando en la residencia Sa Serra en los últimos meses es lamentable. No hay derecho. Mi madre pesa en estos momentos 38 kilos y mi padre está ingresado con neumonía», apuntó a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA Julia Jiménez, una de las denunciantes que desencadenó la inspección llevada a cabo durante la jornada del jueves por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y un equipo de forenses. Julia, según apunta en la denuncia, abona 3.800 euros mensuales por tener a sus padres ingresados en esta residencia.

Jiménez apuntó que el pasado lunes presentaron la denuncia en el cuartel de Ses Païsses tras haber trasladado semanas antes los hechos a la conselleria de Benestar Social del Govern.

Denuncia de los hechos

Junto a la denuncia aportaron diverso material fotográfico: imágenes de las heridas mal curadas y fotografías de la comida que se ofrece a los internos. «Comida que en ocasiones está sin descongelar», lamentó Julia Jiménez.

En la denuncia se especifica que desde que se produjo un cambio en la dirección del centro, los usuarios no reciben la asistencia necesaria, las comidas no son las adecuadas para las personas ingresadas y no tienen los medios necesarios en personal para prestar la atención médica oportuna.

Los denunciantes indican que las instalaciones son buenas, pero «carecen de aire acondicionado, se percibe olor a orines y las medidas de sanidad no son correctas».

Todos estos hechos fueron objeto de la inspección llevada a cabo por la Guardia Civil el jueves por la tarde. Los agentes se entrevistaron con parte del personal que trabaja en el centro y también recabaron información entre las personas ingresadas.

En la residencia Sa Serra de Sant Antoni hay cinco enfermeras para atender a 94 internos. La mayoría de los familiares consultados apuntan a que la falta de personal «es la raíz de los problemas» ya que las enfermeras y auxiliares «no dan abasto».

La dirección

Ayer por la mañana, la dirección del centro rehusó hacer declaraciones y no permitió el acceso a las instalaciones a los medios gráficos. Horas después, la empresa Grupo Novaedat difundía un comunicado de prensa en el que expresaba su «completo desacuerdo dada la falsedad» de las denuncias.

«Si se ha realizado alguna denuncia, la cual no se nos ha trasladado, deberían esperar a conocer el resultado de la misma para dar su opinión sobre la gestión que realizamos. Nos reservamos nuestros derechos para el inicio de actuaciones, incluso judiciales, en defensa de nuestro buen nombre y honorabilidad, tanto de los trabajadores como de la sociedad», señalaron en la nota de prensa, a la vez que se quejaron de la repercusión mediática suscitada: «Sentimos que la opinión de algún descontento influya tanto en los medios y en la administración», expresaron en el comunicado, y destacaron que ayer «muchos familiares y residentes se han acercado a todo el equipo a mostrar su apoyo».

Quejas entre los usuarios

A las puertas de la residencia, sin embargo, este periódico pudo comprobar que muchos familiares comentaban ayer la noticia sobre la inspección realizada en el centro. La tónica general era que «este hecho, tarde o temprano, tenía que llegar».

La mayoría incidían en la falta de personal para atender a los internos y también en la mala calidad del servicio de comidas o la asistencia a los internos. «A mi padre le tienen que suministrar una medicación a las 22 horas y hay muchas días que pasada la medianoche todavía está esperando a que se la den», señaló uno de los familiares que acudieron ayer a visitar a su familiar e interesarse por la inspección realizada durante la jornada del jueves. Otro familiar lamentaba la tardanza a la hora de cambiar a la gente que está impedida o tiene movilidad reducida. Entre las carencias también apuntaban la falta de medicamentos para atender el día a día de los internos. «Es una situación bastante caótica. Hay gente que paga más de 1.700 euros por una comida que es impresentable y unos servicios a todas luces deficientes», señaló un familiar. También había voces, no muchas, que no tenían ninguna queja del trato dispensado.

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LA NOTA

Novaedat lamenta que la opinión de «algún descontento influya tanto en los medios y en la administración»

La empresa Novaedat expresó ayer que el centro «cuenta con todas las autorizaciones de funcionamiento necesarias y cumple escrupulosamente con el contrato que mantenemos con la administración, especialmente en la dotación de personal, la cual comunicamos de orma semanal a la Fundació». En este sentido señalaron que el centro ha superado «todas las revisiones». «Si se ha realizado alguna denuncia, la cual no nos han trasladado, deberían esperar a conocer el resultado de la misma para dar la opinión de la gestión que realizamos» y lamentaron que «la opinión de algún descontento influya tanto en los medios de comunicación y en la administración. Sin embargo, tenemos el pleno convencimiento de que el trabajo diario que realizamos es reconocido por muchos familiares y residentes que se han acercado a mostrar su apoyo».

EN DETALLE

Servicio

Falta de personal. Los usuarios y sus familiares apuntan a la falta de personal como una de las causas de la desatención que denuncian sufrir, especialmente durante las noches.

Comida

Mala calidad. La comida que se sirve a los residentes es otra de los aspectos criticados. Inciden en que es inapropiada para el tipo de internos y que incluso se sirven platos congelados

Botiquín

Carencias.Son muchos los usuarios que denuncian la falta de medicamentos necesarios para atender el día a día de un centro que acoge personas mayores, así como su distribución.

Control

Desaparición de ropa. Entre los usuarios son muchos los que denuncian la desaparición de ropa de sus familiares. Algunos lo achacan al descontrol en el servicio de lavandería.

LA NOTA

Cruce de acusaciones políticas

El president del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, afirmó ayer que se trata de quejas «muy graves que controlaremos y coordinaremos con el Govern». La titular de Benestar Social del Consell d’Eivissa, Lydia Jurado, lamentó estas situaciones y explicó que «estas cosas suceden sobre todo por la gestión que se ha llevado a cabo en los últimos años en relación a la explotación del servicio», afirmó Jurado, quien apoyó al Govern en su decisión de asumir la gestión propia de la residencia a partir del 1 de diciembre de este año cuando se acabe el contrato con Novaedat.

«Queremos que los servicios que se den en la isla sean de máxima calidad», precisó Jurado. Por su parte, el portavoz del PP en el Consell d’Eivissa, Mariano Juan, mostró su preocupación por la situación que viven los residentes y explicó que la externalización del servicio fue la manera más factible de poner la residencia en marcha «porque no había posibilidades económicas de abrirla». En esta misma línea se expresó el PP en un comunicado oficial desde donde criticaron las declaraciones de Fina Santiago tildándolas de «oportunistas» y aseguraron que «tras nueve meses gobernando es criticable que quieran eludir su responsabilidad» en referencia a las declaraciones de Santiago que acusaba al PP de haber externalizado el servicio. Sobre esto, los populares explicaron que la fórmula de la externalización «ha sido una práctica habitual por gobiernos de diferentes colores políticos» y recordaron, además, que el Govern de Antich mantuvo la residencia cerrada después de que estuviese acabada. Por su parte, el PSOE, Podemos y Esquerra Unida se unieron en la petición de reclamar el rescate inmediato de la concesión. Sobre esto, desde el Govern explicaron que están a la espera de conocer el alcance de la investigación de la Guardia Civil para ver si lo pueden hacer. En cualquier caso, tienen claro que cuando se acabe el contrato con Novaedat el Govern asumirá la gestión propia y directa de la residencia.