La reforma del puerto de Vila volvió a protagonizar el pleno de mayo del Ayuntamiento, especialmente la futura estación a Formentera y la reforma de Marina Botafoch. | Redacción Local

En contra de la construcción de un gran centro comercial en el muelle norte donde estará la futura estación de las barcas a Formentera pero a favor de abrir algunos locales que presten determinados servicios para atender el millón y medio de pasajeros que pasarán por allí cada año. El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, respondía así a las preguntas de la portavoz popular, Virginia Marí, sobre el anteproyecto de Autoritat Portuària de Balears (APB) que contempla la ubicación de 10 locales comerciales de 50 a 170 metros cuadrados.
La reforma del puerto de Vila volvió a avivar la parte más apasionada del debate municipal aunque el alcalde intentó bajar los ánimos al «no» del equipo de gobierno a la moción del PP en contra de los usos comerciales en el muelle norte proponiendo consensuar «punto a punto» este proyecto para presentar alternativas a la institución portuaria cuando se anuncie el diseño definitivo de la estación marítima.
Otro de los puntos más polémicos fue el acceso restringido al tráfico rodado en el puerto que, como reconoció el alcalde, «no es el sistema más ágil ni el que más nos gusta pero tampoco que entre todo el mundo a cualquier hora». «Si dejamos pasar a todos los coches al final tendremos un accidente», advirtió.
La popular Virginia Marí insistió en que el acceso se tiene que abrir para vecinos y comerciantes del puerto, así como para vehículos de uso público como ambulancias y taxis.
«Todo lo que está sucediendo en el puerto es para que APB haga caja», afirmó por su parte el concejal de EPIC, Antonio Villalonga, quien criticó que en el proyecto de la ampliación de Marina Botafoch «se perjudique a los propietarios de pequeñas embarcaciones» y que el edificio de es Martell vaya a ser de 600 metros cuadrados «cuando la marina solo necesita 30».
Durante el pleno, también se anunció que las obras de este edificio se cubrirán durante todo el verano con unas vallas pintadas por artistas del Bloop Festival hasta que se vuelvan a retomar después de la temporada.