16 familias con un total de 12 menores a su cargo exigen a La Caixa que cumpla «su promesa de alquiler social y que dé la cara». El edificio Residencial Ibigolf fue construido por una persona que murió debiendo dinero a La Caixa y a la constructora. Según explican estos vecinos, los herederos de esta persona no aceptaron la herencia, por lo que el edificio se quedó ‘en tierra de nadie’. «En este punto aparecemos nosotros y empezamos a habitar las viviendas. Más adelante La Caixa asume el edificio y desde el primer momento, y viendo que había menores, se comprometió a tramitar un alquiler social para regularizar la situación», explica la representante de estas familias, quien precisa que siempre han querido legalizar la situación y pagar el alquiler, pero no han obtenido una respuesta positiva por parte de la entidad bancaria. Durante los últimos cuatro años, la entidad siempre les contestaba que estaban tramitando el alquiler social para estas 16 familias. Un alquiler social que no ha llegado y, sin embargo, La Caixa ha vendido el edificio a un inversor extranjero, según hizo público el viernes el Consell d’Eivissa.

Desde hace 15 días, estas familias reciben visitas casi diarias de «matones y extorsionadores que se dedican a asustarnos e insultarnos» con el fin de que abandonen el edificio. Por el momento, las 16 familias no han acudido a los servicios sociales de Santa Eulària a solicitar ayuda y sí que han denunciado ante la Guardia Civil los hechos. «Nos sentimos desamparados; no sabemos qué hacer. Nunca nos hemos negado a pagar. A La Caixa le pedimos que cumpla las promesas que ellos mismos hicieron», concluyen.