Como responsable del departamento de Interior e Industria del Consell d’Eivissa, Marta Díaz Pascual (Barcelona) tiene como objetivo recuperar la cifra de trabajadores que en su día tuvo la máxima institución insular, además de proyectar la moda Adlib más allá de nuestras fronteras.

—Los diferentes equipos de gobierno se quejan de que la Ley Montoro no les deja aumentar personal pero ustedes hace un tiempo anunciaron once nuevas plazas de bomberos. ¿Cómo se explica? ¿Se puede o no contratar más personal?
—Primero hay que aclarar que la Ley Montoro hizo muchas restricciones a nivel de Administración como reducir los días de asuntos propios de los empleados públicos o que no se aplicaran los convenios colectivos, pero realmente la ley que impide contratar es la Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada año, que establece que no puedes aumentar el capítulo 1, que es el que contiene los gastos de personal de personal. En la legislatura de Xico Tarrés, como era la jefa de Recursos Humanos, me acuerdo que en el Consell teníamos 800 empleados públicos y cuando llegamos en julio de 2015 había 637, con lo que en cuatro años habían desaparecido más de 150 trabajadores públicos. Y para llevar a cabo proyectos necesitas personal. Además de la plantilla fija que tenemos en la institución, hay otra de carácter temporal prevista para cubrir bajas, vacantes y suplir vacaciones con la que podemos jugar y mover plazas de un sitio para ponerlas en otro, como hicimos con la ITV nada más llegar. Y en el caso de los bomberos, están a punto de publicarse las bases para cubrir definitivamente esas 11 plazas vacantes a las que usted se refería (cubiertas de forma interina) y vamos a crear algunas plazas más que seguramente se aprobarán en el pleno de febrero.

—¿Qué servicios insulares van más faltos de personal?
—Todos están cojos pero la plantilla de bomberos es un caso endémico. Tenemos una plantilla de 40 y sería necesario ampliarla, como mínimo, al doble, para atender adecuadamente a toda la isla. Se está estudiando la figura de un consorcio con los ayuntamientos, excepto con Sant Joan, que tiene menos de 20.000 habitantes. Los demás consistorios tendrían que contribuir económicamente a sufragar los gastos del personal de extinción de incendios de la isla y no lo hacen. Tuve una reunión con el Director General de Emergencias de la Comunidad de Madrid porque los bomberos del Consell me comentaron que en Madrid habían ampliado muchas plazas y quise averiguar cómo lo habían hecho. Allí cobran una tasa a los municipios que no tienen servicio de bomberos y si aquí hiciéramos lo mismo y por igual importe que ellos calculé que recibiríamos unos cuatro millones de euros al año, por lo que el servicio de bomberos podría estar mucho mejor dotado. También tenemos previsto elaborar un plan de varios años para ir ampliando la plantilla del Servicio de Extinción de Incendios del Consell progresivamente. Pero en general, casi todos los departamentos del Consell están infradotados.

—Hablemos de personal político porque, si no me equivoco, ustedes son ocho consellers, seis directores insulares, cuatro secretarios técnicos... ¿Hace falta tanta gente para dirigir la institución?
—Sí, yo digo que se tiene que poner gente allí donde hace falta. El conseller Gonzalo Juan y yo, que dirijo una área amplia (llevo lo que la anterior legislatura llevaban dos consellers) y no tenemos directores insulares y, además, gestionamos FECOEV, que en la anterior legislatura tenía nombrado un gerente, a 55.000 euros anuales. Se ha nombrado personal en las áreas en que se consideraba necesario. En Turisme, el propio presidente ha asumido el departamento y es lógico que tenga un director insular, lo mismo que ocurre con Territori, Medi Ambient o Cultura, que tienen muchas secciones. Y el caso de los secretarios técnicos es diferente porque son funcionarios de la institución. Esta figura ya estaba creada en la anterior legislatura y ahora se ha reforzado nombrando un secretario técnico por cada dos departamentos. Creo que tenemos el personal que se necesita para todo lo que queremos llevar a cabo.

—Cuando entraron a gobernar se rebajaron el suelo un 5%. ¿Se mantendrá así toda la legislatura? Porque sus socios dijeron en su día que cada año reivindicarían una rebaja mayor.
—Este tema no se ha vuelto a tratar. A todo el personal se le subió el año pasado un 1%, menos a nosotros, que seguimos congelados. Y al 5% que nos bajamos hay que sumarle un 10% que ya se había bajado en 2010. Esa bajada del 5% fue fruto de nuestros acuerdos de gobierno y actualmente ya no hablamos de este tema.

—¿Usted cobraba más como funcionaria o como política?
—Como funcionaria. De hecho, hay compañeros funcionarios que cuando acepté esta responsabilidad se extrañaron porque como cargo político tienes mucha más responsabilidad y trabajas mucho más que siendo funcionaria. Pero nadie me obligó a ello, lo elegí yo voluntariamente.

—¿Qué futuro le espera a la Residencia de Cas Serres, porque en 2018 tendría que dejar de ser Hospital?
—Esto lo sabe mejor la consellera de Benestar Social, Lydia Jurado, pero nuestra intención es que siga siendo residencia-hospital y sigamos gestionándola nosotros. En la última reunión que tuvimos con el personal, así se lo manifestamos.

—¿Cómo quiere que esté la plantilla de bomberos al final de la legislatura? ¿Existe la intención de constituir un consorcio con los municipios de más de 20.000 habitantes?
—Las negociaciones las lleva el conseller Miquel Vericad y el presidente también ha tratado este tema en el Consell d’Alcaldes. Se está negociando, se está estudiando esta figura del Consorcio porque es la que tienen en otras instituciones y funciona muy bien al tener un servicio más potente. Al final de legislatura habrá más bomberos de los 38 que nos encontramos al llegar nosotros al Consell. En plantilla constaban 40, pero dos plazas no estaban cubiertas ni dotadas económicamente. Este año las hemos dotado en la plantilla y las vamos a cubrir próximamente. También se está estudiando la creación de un subparque en la zona norte y el traslado del parque actual a sa Coma.

—Un tema que sí controla usted directamente es el de la moda Adlib. ¿Tiene algún proyecto en mente de cara a este año?
—Sí, queremos hacer un desfile fuera de España y tenemos varios ‘novios’ pero todavía no puedo avanzarle más. También participaremos en más ferias. Este fin de semana estamos en MOMAD y hemos más que doblado el número de diseñadores que participan con respecto al año pasado, de 5 hemos pasado a 11, además de llevar la artesanía tradicional. Y la semana que viene iremos por vez primera a la Pure de Londres. En Ibiza vivimos mayoritariamente del turismo pero creo que tenemos que potenciar otras industrias, como la moda. Está constatado que en Ibiza hubo 3.000 cosedoras que trabajaban para Adlib y ahora los diseñadores se quejan que no encuentran gente que cosa, por lo que pusimos en marcha con la Escola d’Art unos cursos de patronaje y confección de 20 plazas, tuvimos 156 solicitudes y pudimos aumentar a 40 plazas. Ahora queremos dotar una de las aulas con maquinaria para poder continuar con los cursos que estamos realizando e impartir otros nuevos, como, por ejemplo, uno destinados a mujeres en riesgo de exclusión social, que lo haríamos conjuntamente con el Departamento de Bienestar Social. También están siendo un éxito los talleres de artesanía que imparten las Asociaciones Culturales Es Retorn y la Colla Sa Bodega. Está previsto invitar a medios especializados en moda para que vengan a ver estos cursos de costura y de artesanía, ya que generan mucho interés fuera.

—¿Ya saben en qué país se celebrará la pasarela Adlib fuera de España?
—Es increíble pero tenemos ofertas de diferentes países que quieren que vayamos con la moda Adlib pero no puedo decir el primer país al que viajaremos porque estamos aún concretándolo, pero le puedo adelantar que será en octubre.

—¿Cómo están las relaciones entre PSOE y Podem–Guanyen?
—Estamos bien, personalmente todos tenemos buenas relaciones entre nosotros. Sí que es verdad que somos dos formaciones políticas diferentes y tenemos algunas diferencias en algunas cuestiones sensibles, como en territorio o en los alquileres turísticos. A raíz de lo que pasó en el tema territorial, consideramos que debíamos ir todos a una porque todos queremos mejoras para la isla. Las relaciones están bien, no puedo decir otra cosa.

—¿Usted es de las que piensa que sobran turistas en Ibiza?
—No, yo pienso que no sobran. De hecho, en épocas de crisis la gente se queja porque no vienen turistas. Lo que pienso es que tendríamos que atraer otro tipo de turismo como el de belleza y salud, potenciar el turismo deportivo o, como yo intento, el de la moda. Actividades que han funcionado y han traído gente fueron, a modo de ejemplo, el primer rally de coches clásicos Inicio-Ibiza. Vinieron en abril 50 personas de un poder adquisitivo medio-alto que muchas no habían venido nunca a la isla y aseguraban que volverían con familia y amigos. Otro, el evento de Audi, que se celebró en octubre y llenó varios hoteles alargando así la temporada. Lo que se tiene que potenciar es comenzar antes la temporada turística y acabarla más tarde. Sé que en julio y agosto hay gente que lo pasa mal porque hay cierta saturación. Tenemos que convivir con esto, alargar la temporada e intentar que no todo el mundo venga en julio y agosto. Asimismo, también estamos trabajando para mejorar las infraestructuras ateniendo a las necesidades de la isla.

—¿Cómo ve la oposición a los cambios urbanísticos de los propietarios de fincas rústicas?
—He estado reunida con el director insular de Agricultura (Vicent Tur) que me explicó una serie de inquietudes de los payeses. Creo que no tienen que tener miedo. Lo que se ha aprobado ahora es una norma cautelar y luego se llevará a cabo una reforma del PTI. Aquí, en las reuniones que se mantendrán con los diferentes sectores, se podrán revisar algunas cosas. Creo que es una buena norma para todos. No tenemos que olvidar que tenemos un territorio limitado en el sentido que vivimos en una isla y que los valores paisajísticos constituyen uno de los tesoros de Ibiza y con esta norma cautelar se pretende, precisamente, dar cabida a las diferentes sensibilidades. Se intentará que esta norma, cuando se modifique el PTI, esté bien consensuada y sea positiva para todos. Y por otra parte, se quieren poner en marcha más ayudas a la agricultura porque el problema es que hay gente que abandona el campo. Se les tiene que ayudar más y el presidente y el conseller Vericad lo tienen claro.

—¿Cree que además de Sofía Hernanz otros socialistas ibicencos siguen apoyando a Pedro Sánchez?
—Claro que sí. Yo soy una de ellas. Lo conozco personalmente desde hace tiempo porque Sofía (Hernanz) lo trajo a Ibiza cuando todavía no era secretario general y a mí ya me gustó. Y desde entonces, lo he apoyado. Y por lealtad personal, voy a seguir apoyándolo. Creo, además, que ha dignificado la política. El decir lo que va a hacer y hacer lo que dice, llegando hasta a dejar su acta de diputado y quedarse en el paro por defender las ideas socialistas, es una prueba de su honestidad. Y eso, tristemente, en política no abunda hoy en día. Con su actitud, ha devuelto la ilusión a mucha gente. La militancia, el alma de nuestro partido, está mayoritariamente con él. Y a eso se suman su juventud y preparación, y que tiene ese punto de renovación que en mi opinión necesita el socialismo. Soy de las que defiende la renovación en los partidos. ¿Por qué Podemos ha enganchado a tanta gente? Porque son nuevos. A mí no me gustan los profesionales de la política y en los partidos tradicionales hay mucha gente que lleva muchos años ocupando diferentes cargos públicos, sin haber trabajado en otra cosa. No es el caso de Pedro Sánchez. Para mí, sigue siendo el líder que necesita el PSOE.

—Entonces, ¿su carrera política acaba en el Consell?
—Eso no se sabe pero sí sé que no quiero eternizarme como política en el Consell. De hecho, nosotros tenemos en nuestro código ético que como máximo podemos estar ocho años ocupando el mismo cargo público y creo que eso está bien. Cuando llevas muchos años en un mismo cargo político es casi imposible que puedas llevar el mismo ritmo de trabajo que al principio. Pero ya se verá qué ocurre en el futuro. De momento, me dejo la piel como consellera, y lo hago con muchas ganas e ilusión.