El próximo año, si no hay novedades, Hazel Morgan (Purley, Reino Unido, 1944) cumplirá 20 años al frente de Amics de la Terra. Esta inglesa de nacimiento lleva desde 1974 viviendo en Ibiza y asegura que el Brexit le ha convencido para tramitar la nacionalidad española. Esta ecologista asegura que todos los problemas manan del «capitalismo salvaje, que no contempla que los recursos son limitados».

—¿Qué se ha perdido con el incendio de ses Feixes des Prat de Vila?
—Supongo que sí. Había muchas garcillas y otras aves de este tipo que pudieron escapar. Como todas las zonas húmedas tienen su importancia porque alimentan a las aves. Cada vez hay menos zonas húmedas en el mundo.

—Las llamas han provocado que se reabra un viejo debate en la ciudad de Ibiza sobre el supuesto valor ambiental de esta zona.
—Nuestra postura es que se puede trata de manera diferente al Prat de ses Monges y al de Vila, que tiene la problemática de los propietarios que reclaman su urbanización. Pensamos que al estar tan cerca de la ciudad la mejor manera sería transformarlas en un espacio para el ocio de los ciudadanos, en parte o en su totalidad, aprovechando las acequias y quizás instalando un punto de información y que la gente pueda pasear por ella y canalizar el agua que llega hacia un pequeño lago. Mientras que en ses Monges apostaríamos por una mínima intervención para que sigan viviendo allí las aves acuáticas y que una parte pequeña se pueda volver a cultivar con la implicación de los propietarios. Pero para esto dependemos de la nueva depuradora de Vila para que llegue agua buena y esto todavía queda lejos.

—Lo que ha quedado claro con el incendio es la dejadez de propietarios y administraciones en este lugar.
—Las diferentes administraciones, de cualquier color político, no han hecho prácticamente nada. Los propietarios deben recibir algo a cambio si se les expropian los terrenos aunque las expectativas de poder construir algo no cuentan como un derecho. La cuestión es ponerse manos a la obra porque seguro que hay propietarios dispuestos a permitir intervenciones por parte del Ayuntamiento y mantener una parte para enseñar que ses Feixes podrían ser así, restaurar los caminos… Es complicado pero hay que actuar ya.

—¿Se podría dejar urbanizar la zona que ya lo está, la que está más cerca de la rotonda de los podencos?
—No lo sé. Podemos reivindicar que todo sea un espacio de ocio pero hay que ser realistas y si existen unos derechos que supondrían unas indemnizaciones muy grandes ya sabemos que no sería factible. ¿Lo sería comprar unos terrenos con la ecotasa? Yo creo que sí, sería perfecto. Pero queda claro que cuando hay derechos consolidados, reales, de los propietarios, no se puede pasar por encima de ellos, mientras que si sólo son expectativas de construcción es diferente. Las sentencias ya van en esta dirección, por lo que no hay dudas.

—Otro de los temas del momento es la Xylella. ¿Ha hecho bien el Govern sólo cortando los árboles afectados o tendría que haber sido más contundente?
—Esta infección existe desde hace años; el conseller Company ignoró el problema y la plaga se pudo extender. Me parece ridículo sólo cortar los árboles afectados y sus alrededores y decir que frena la extensión de la plaga, porque no hay ninguna evidencia. Es como cuando Bush dijo que podía acabar con los incendios cortando todos los árboles. Lo irresponsable fue ignorarla, ahora están haciendo lo que pueden y confío en el conseller Vericad que tiene toda la experiencia y una filosofía ecologista firme para defender a los agricultores y a los árboles.

—Hablemos de urbanismo. Cooperativas agrícolas y propietarios de fincas rústicas se han sentido perjudicados por la normativa territorial cautelar aprobada por el Consell. ¿Se tendría que haberles escuchado antes de tomar una decisión como esta?
—Este es un debate eterno que no se ha resuelto. Todos tienen sus intereses, todos quieren hacerse su casa pero que no quieren que todo el campo se construya. Nadie defiende la construcción de todo el suelo rústico, tan solo el suyo, y este argumento no me parece muy válido. Yo estaría satisfecha si se cumpliera la normativa actual. Si se hiciera cumplir sería un milagro, porque está lleno de viviendas ilegales, se hacen casas con sólo 2.000 metros de terreno. El suelo rústico empieza a ser una gran urbe y hay que ponerle freno. Es difícil que la gente defienda el interés general pero habría que empezar a pensar que más casas implica más gente, más coches, más problemas ambientales y la mayoría empieza a ver que estamos agobiados en verano.

—Usted conoce perfectamente el campo, donde hace muchos años que vive. El paisaje que vemos es gracias al payés que lo cuida. ¿Cómo incentivar que los campesinos no lo abandonen?
—Se hacen cosas pero sí que es cierto, y no sólo en Ibiza sino en otros países, que cuando es más rentable vender la parcela que cuidarla se vende. La mayoría de agricultores veo que son gente mayor que cuida su trozo de tierra porque no pueden soportar verlo descuidado. Una solución sería la conservación de paredes de pedra en sec. En Menorca tienen una brigada para reparar paredes y seguramente aquí les encantaría a los payeses, porque es un trabajo enorme repararlas. Las ayudas que pueden recibir los agricultores están muy condicionadas por la PAC y los grandes terratenientes. Es interesante ver que casi la mayoría de agricultores ecológicos son gente joven que nunca habían trabajado la tierra. Esto es muy positivo.

—Semanas atrás publicábamos que no se aprovechaba el agua de las depuradoras, que toda se tira al mar y en malas condiciones. ¿Las desaladoras son la solución definitiva?
—No. El gran problema de las desaladoras es que necesitan mucha energía eléctrica. Las depuradoras tendrían que estar en condiciones para poder recuperar el agua. Aquí no tenemos un ciclo del agua, es lineal, y hay que recuperarlo. En España se prefiere destinar dinero a construir nuevas infraestructuras que a mantener las que hay.

—¿La energía solar está sentenciada a muerte tras el decreto del Gobierno sobre el impuesto al sol?
—Este decreto debe desaparecer. Castiga una forma de aprovechar energía barata y la modalidad de autoconsumo es lo más democrático que existe. Si podemos cultivar lechugas también tendríamos que poder cultivar energía; debería ser un derecho para todos.

—Ha pasado más de un año pero, ¿cree que se actuó de manera correcta al eliminar las cabras de es Vedrà?
—Creo que es correcto y pocas administraciones tuvieron la valentía de hacerlo. Mantenerlas allí era totalmente ilegal. Había informes técnicos que decían que era imposible tenerlas allí y mantener la biodiversidad que hay. ¿Qué ha pasado? Que el Govern no esperaba esta sensibilidad hacia las cabras, entre las viñetas en prensa y que la gente pensaba que vivían allí felizmente… Se tendría que haber hecho un estudio de las condiciones de vida de las cabras para que todos pudieran ver lo mal que lo pasaban allí. Nosotros defendemos la eliminación de las cabras. ¿Si se podrían haber sacado? Se dijo que técnicamente no era posible.

—¿Le preocupa la plaga de serpientes?
—Es muy grave porque están eliminando las lagartijas, un símbolo de nuestra isla. Tendría que haber más medios, hacer controles con perros que matan serpientes, controles en los puertos e involucrar más a la gente. Se necesita dedicar más dinero.

—Lleva casi 20 años al frente de Amics de la Terra. ¿Los jóvenes se interesan por el ecologismo, hay relevo?
—Sí, ganamos socios nuevos cada año. El problema es que el cargo de presidente no lo quiere nadie y la gente joven piensa que le costará encontrar trabajo si representa a un grupo ecologista, mientras que como yo ya estoy jubilada… Si el cargo fuera remunerado seguramente habría cola.

—¿A quién vota un ecologista en Ibiza o lo tiene complicado para decidirse?
—No defendemos a ningún partido pero sí a un grupo de personas que tenga claro qué hacer para el medio ambiente. El medio ambiente no tiene colores políticos porque somos nosotros. En mi caso, voto al menos malo.

EL DETALLE

«Seguimos teniendo espacios naturales en relativas buenas condiciones»

—¿Hay algún motivo para la esperanza en términos ecologistas en Ibiza?

—Bueno… Tengo la esperanza de que la gente empieza a tener más claro que tenemos límites, pero nuestro trabajo es transformar personas informadas a personas involucradas y que cambien su forma de ser. Una pequeña batalla ganada hoy es que el Consell d’Eivissa contratará energías renovables, es un paso adelante y una pequeña satisfacción. En nuestra isla seguimos teniendo unos espacios naturales en relativas buenas condiciones y un mar en condiciones ambientales suficientemente buenas. Gracias a la lucha de los ecologistas y otras formaciones estamos ganando terreno a las prospecciones petrolíferas y en el corredor de cetáceos. Estamos progresando pero como la inercia del capitalismo y del egoísmo va en otra dirección siempre nos complica el trabajo.