La creciente demanda de transportes marítimos por parte de las potencias que participaron en la Primera Guerra Mundial fue el origen de la creación de la naviera Trasmediterránea.

En noviembre de 1916, los navieros José Juan Dómine, Ernesto Anastasio y el hombre de negocios mallorquín Joan March Ordinas acordaron crear la naviera, fruto de la unión de las compañías Líneas de Vapores Tintoré, Sociedad Anónima de Navegación e Industria, Compañía Valenciana de Vapores Correos de África y Ferrer Pesset Hermanos.

En el momento de su fundación, Trasmediterránea contaba con 44 barcos repartidos por todo el litoral español pero aspiraba a asumir todo el tráfico marítimo entre la península y Canarias y Balears, así como las comunicaciones internas de los dos archipiélagos.

Los primeros pasos

La nueva naviera, que inicio su actividad el 1 de enero de 1917, adquirió un año después la compañía Isleña Marítima, encargada hasta entonces de conectar las Balears con la península. En virtud del Real Decreto 12 de marzo de 1910, las empresas concesionarias tenían que cumplir una serie de frecuencias que, en el caso de las Balears, eran tres frecuencias semanales entre Palma y Barcelona, una entre Palma, Ibiza y Alicante, y otra frecuencia semanal entre las ciudades de Palma, Ibiza y Valencia.

En 1920 se presentó al concurso público para la prestación de los servicios y empezó a encargarse de las comunicaciones entre Balears y entre sus islas.

Según cuenta el historiador Pere Vilàs en su artículo dedicado a la compañía naviera en la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, el cambio político que supuso la proclamación de la República tuvo como consecuencia el cambio de nombre de todos los barcos que, hasta entonces, llevaban nombres de personajes de la familia real por nombres de ciudad, como fue el caso del ‘Ciudad de Ibiza’.

El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 supuso la escisión de la flota en dos partes prácticamente iguales que quedaron en cada una de las zonas en las que se dividió el territorio nacional y sus barcos, además de encargarse del tráfico marítimo en sus zonas de influencia, fueron destinados también a misiones de guerra y transporte de material bélico.

Durante el transcurso de la guerra, Trasmediterránea perdió once barcos, lo que supuso que las líneas de los sectores de Balears y Canarias resultaran seriamente afectadas.

En mayo de 1938 se estableció un servicio semanal entre Palma e Ibiza, el primero que se organizó en Balears desde el inicio de la Guerra Civil y siguió dando servicio, aunque de manera precaria, hasta el final del conflicto.
Con la llegada de la paz, se restableció el servicio semanal que unía Palma, Ibiza y Alicante y, meses después, se instauró la línea Palma-Ibiza-Valencia.

A mediados de la década de los 50 se inauguró un servicio entre los puertos de Vila y la Savina y en 1987 la línea directa que unía Ibiza con Alicante, mientras que en 1995 se inauguraba el servicio de barcos tipo fastferry que unían puertos insulares con peninsulares.

LA NOTA

El transporte de mercancías, futuro de la compañía

La empresa Acciona es la principal accionista de Trasmediterránea desde que compró la naviera en el año 2002, tras haber estado en manos públicas durante más de 25 años.

Con la adquisición por parte de Acciona, la compañía decidió por primera vez en su historia priorizar el transporte de mercancía en carga rodada frente al transporte de pasajeros.

La naviera transportó el año pasado un total de 2,5 millones de pasajeros, de los cuales más de medio millón lo hicieron en sus diferentes rutas por las Balears.

El año pasado compró dos buques por valor de 50 milones de euros.

LA NOTA

La azarosa historia del 'Ciudad de Ibiza'

El primer buque ‘Ciudad de Ibiza’ fue entregado a Trasmediterránea el 15 de abril de 1933. La prensa del momento narraba la llegada de la embarcación, diez días después, al puerto de Vila y celebraba el bautismo de este buque con el nombre de la ciudad.

El orgullo de los ibicencos por tener por primera vez un buque con este nombre hizo que el entonces alcalde
Juan Ferrer cursara un telegrama de agradecimiento a la dirección de la compañía.

Al estallar la Guerra Civil, el Ciudad de Ibiza estaba en Barcelona, por lo que empezó a servir a los intereses de la República. Durante ese tiempo realizó varios viajes a puertos de la URSS, donde finalmente se quedó al ser adquirido por el gobierno soviético.

El segundo ‘Ciudad de Ibiza’ de la historia fue otro buque de vida azarosa, construido en Dinamarca con el nombre de Esbeferg, y que fue capturado por la Alemaniza nazi. Trasmediterránea lo compró en 1947 y, tras una remodelación, hizo la línea semanal Palma-Valencia con escala en Ibiza hasta
que en 1978 fue dado de baja.