Ayer por la mañana todos los niños que han participado durante estos meses de verano en las escuelas públicas organizadas por los distintos ayuntamientos durante todo este tiempo se despidieron con originales y sorprendentes fiestas. En ellas hubo de todo aunque, como suele ser habitual el mayor protagonismo se lo llevó la música, el baile y sobre todo las toneladas de ilusión que derrochó cada uno de ellos sin excepción.

Por ejemplo, en las escuelas de verano que ha organizado el Ayuntamiento de Santa Eulària de manera directa en los colegios de Santa Gertrudis y S’Olivera de Puig d’en Valls o mediante colaboración con el club deportivo de la Peña Deportiva de Santa Eulària han participado más de medio millar de niños que han disfrutado de actividades deportivas, culturales y educativas durante los meses de julio y agosto.

En este caso, para la despedida habían preparado números de baile, magia o acrobacia que hicieron disfrutar al gran número de familiares que no quisieron perderse este festival. En Santa Gertrudis el primer grupo de niños comenzaban a bailar su twist en parejas, después los más pequeños interpretaron dos canciones con maracas realizadas por ellos mismos con vasos de yogur y, finalmente, el último turno correspondió a los más grandes que también contaron con instrumentos hechos artesanalmente durante las semanas previas bajo los consejos del monitor Mariano Costa, al que los alumnos definieron como «el profe que es músico». En este caso, la coreografía preparada fue la de la canción Sugar del conocido grupo estadounidense Maroon Five, y en ella participaron un grupo de 22 niños, unos de bailarines, otros de banda de músicos con instrumentos de papel y otros de parte del coro.

En este sentido Natalia Guasch, coordinadora de la escuela de verano de Santa Gertrudis comentó a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA que han dedicado estas dos últimas semanas a preparar el festival porque han tenido un agosto «movidito» con muchas excursiones y actividades con los padres para trabajar el tema de los oficios. Además, confirmó que los niños son los que han elegido la música «porque es una escuela para que ellos se lo pasen bien» y que el hecho de fabricar sus instrumentos reunía las actividades manuales con los oficios que trabajaron con los padres durante las actividades.

Por otro lado, Cristina Bosman, madre de Max, de 5 años, y de Annabel, de 7, reflexionó sobre la importancia de estos centros en el pueblo ya que por horario y cercanía permite a los padres trabajar durante la temporada estival y que sus hijos se lo pasan muy bien y ya es el tercer año que vienen.

Finalmente, tras los distintos números musicales todos los niños, padres y monitores disfrutaron de una merienda conjunta.

Vicent Marí en Santa Eulària

Mientras, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, asistió al evento celebrado en el Pabellón Municipal para cerrar la escuela de Santa Eulària. Se trata de la más numerosa, con más de 350 alumnos en agosto por los 110 de S’Olivera y los 60 de Santa Gertrudis. Allí, Marí expresó su deseo de que todos los niños se lo pasen muy bien y que el próximo año puedan repetir la experiencia.

Antes de comenzar el festival una representación de la Banda Municipal Juvenil de Música de la localidad interpretó un par de temas y su director, Jaume Manuel, aprovechó para recordar que el lunes próximo se abrirá el proceso de matrícula para menores y adultos que deseen incorporarse a esta escuela.

Después todos los niños, divididos por sus respectivos grupos mostraron ante el público que poblaba las gradas del pabellón su habilidad con originales y sorprendentes números preparados para la ocasión.

En el municipio de Ibiza los más pequeños de la familia que han participado en las escuelas de verano durante los meses de julio y agosto también se despidieron hasta el año que viene con grandes fiestas para deleite de sus orgullosos monitores y, sobre todo, sus progenitores. Y es que una vez más, en la época que vivimos plagada de teléfonos móviles todos ellos no se perdieron ni un sólo segundo de las evoluciones de sus pequeños sobre los improvisados escenarios instalados fundamentalmente en los patios de cada centro para tenerlas inmortalizadas en las memorias de sus terminales.

Este fue el caso de la escuela de verano que se ha celebrado en el colegio público Sa Joveria, situado en el número 3 del Carrer de Corona de Vila. La gran fiesta tuvo lugar al mediodía y al igual que en el resto de celebraciones hubo baile, música, aperitivo y como gran novedad, un original photo call.

Original photo call en Sa Joveria

En torno a las 11.30 horas tanto los niños como los monitores que han tomado parte durante estos dos meses de un tentempié a base de zumos, productos salados de todo tipo y dulces como las ensaimadas.

Además, el patio de recreo y la recepción del colegio había sido decorado con todo tipo de trabajos manuales que habían preparado los alumnos con ayuda de los monitores. Así, por ejemplo, los más mayores crearon un divertido photo call de cartón en forma de autobús, los más peques murales con fotografías y los pequeños de edades intermedias toda una serie de objetos como gafas, máscaras y gorritos de cartón para lucir en las fotos. «Hemos preparardo toda la decoración en una semana», explicó a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA Almudena, la directora de la escuela de este año, que ha contado con la colaboración de 10 monitores en julio y 9 en agosto para atender a 125 niños durante el primer mes y 105 en el segundo.

Después, a partir de las 12.00 horas se abrieron las puertas para invitar a los padres a la presentación de los diferentes bailes. En este sentido, cada curso representó una coreografía diferente y la última canción la bailaron todos juntos.

A la salida de la fiesta se les entregó a todos los padres de los alumnos el resumen del mes con un esquema de las actividades que han ido desarrollando. Por ejemplo, en el interior del centro escolar han realizado las diferentes materias de trabajo en equipo, como son los juegos deportivos y las manualidades, todo lo que tiene que ver con las actividades de resoluciones de confictos, a partir de cuentos y juegos creativos desarrollados especialmente para este tema, y las actividades relacionadas con los sentimientos y la autoestima, todo ello enfocado a fomentar las capacidades comunicativas de los niños que han participado en la escuela durante estos dos meses.

Además, los pequeños también han podido disfrutar de una serie de excursiones fuera de las paredes del colegio Sa Joveria. En este caso, los viajes han sido hasta la playa de Ses Salines, a las piscinas donde muchos niños han logrado perder el miedo a nadar en la piscina grande gracias a los flotadores y los conocidos «xurros».

Ahora, y una vez pasada la adrenalina de las fiestas de final de verano, a todos ellos, padres y niños, sólo les queda esperar lo más pacientemente posible el comienzo del curso escolar que tendrá lugar en dos semanas.