Pablo Valdés durante un pleno. | Redacción Ibiza

El aspirante a la alcaldía de Sant Antoni por parte del PSOE, Simón Planells, anunció ayer en el programa Bona Nit Pitiüses de la TEF que el primer teniente de alcalde y portavoz de Reinicia, Pablo Valdés, tiene la intención de abandonar la política al final de esta legislatura. «Soy amigo de él y me consta que no quiere continuar en política, por lo que no irá en mi lista. Yo quiere gente que tenga iniciativa y cuando una persona se baja del barco… Ha hecho un buen trabajo en limpieza y medio ambiente a pesar de algún desmarque en las redes sociales», destacó ayer el socialista.

Sin embargo, la gestión de Valdés en Sant Antoni ha estado muy marcada por la polémica. Las denuncias por parte de los agentes de la Policía Local por la falta de uniformes de invierno motivaron, en 2016, las burlas de Pablo Valdés y de Aída Alcaraz en las redes sociales. «Sí, amigos, nos hemos vuelto locos del todo y hemos hecho realidad el sueño de cualquier mariquita: este invierno la policía patrullará en pelota picada», fue uno de los comentarios que el líder de Reinicia escribió en su muro de Facebook tras conocerse que los agentes no disponían de nuevos uniformes de invierno, como estipula el convenio. «Me has descubierto, no sabía cómo hacerlo, meterme en el vestuario me parecía muy agresivo», añadió Alcaraz, mientras que Valdés ponía la guinda al pastel: «Descubrí que algunos tienen la pichilla más grande que la mía. (...) a ver si el frío nos devuelve a las proporciones adecuadas».

Unos comentarios que provocaron el enfado de los policías y que Valdés y Alcaraz intentaron apaciguar acudiendo al retén de la Policía Local para disculparse ante los agentes.

Multas impagadas

En marzo de 2017, Valdés fue parado por un agente de la Guardia Civil en el núcleo urbano de Sant Antoni conduciendo sin el cinturón de seguridad puesto y manipulando su teléfono móvil, por lo que los agentes le impusieron 400 euros de multa y la retirada de seis puntos del carné de conducir. Sin embargo, cinco meses después de los hechos, las dos multas aún no se habían introducido en la base de datos de la Policía Local de Sant Antoni, cuando lo habitual es que no se tarde más de una semana en hacerlo. Tampoco Valdés las había pagado.