Ball pagès en el CEIP Can Coix. | Irene Arango

El CEIP Can Coix volvió a demostrar ayer lo bonito que es cuidar las tradiciones en la cuarta edición de su ya consolidada Jornada Pagesa. Una cita que nació con el fin de abrir el centro escolar no solo a la comunidad educativa sino también al pueblo de Sant Antoni y, además, hacerlo rindiendo homenaje a las costrumbres de la tierra.

Según explicó Marta Ramón, maestra y una de las organizadoras de la fiesta, «muchas veces celebramos fiestas que no son de aquí y dejamos de lado lo nuestro, no dándole la importancia que tiene». Por este motivo, nació la Jornada Pagesa, que ayer consiguió reunir a decenas de amigos en un día con el sol como protagonista.

En las instalaciones de este centro educativo, los asistentes pudieron disfrutar del juego de los bitlles, el tir amb bassetja o el juego de adivinar lo que pesa un senalló repleto de productos, entre otras cosas, mientras que los más pequeños tuvieron pintacaras y un castillo de hinchables.

La entrada tenía un coste simbólico de un euro que se destinará a cubrir los gastos del viaje de fin de curso de sexto curso de Primaria, que irán a un albergue enfocado al deporte y aventura.

Además, fueron muchos los padres y madres y comercios que quisieron colaborar con el colegio y donaron diferentes productos alimenticios para poder vender durante la jornada. Así, los que se acercaron hasta este centro de Sant Antoni pudieron disfrutar de bocados dulces y salados, además de poder ver en directo cómo se cocinan los tradicionales bunyols. Llegada la hora de comer, los organizadores prepararon una frita de polp, que no dejó indiferente a nadie.

El total recaudado, tanto en comida como en accesorios artesanos, se destinará a mejorar el patio de Primaria. «Llevamos muchos años detrás de esto, pero nunca conseguimos el dinero, así que este año hemos decidido que será para esto», señaló Ramón, quien recordó que en ediciones anteriores habían recaudado alrededor de 3.000 euros; una cantidad que demuestra la solidaridad de los vecinos del municipio. «Además, el 98% de lo que tenemos son donaciones de comercios y personas que se ofrecen a colaborar», agradeció la docente.

La jornada empezó a media mañana con una batucada y terminó pasadas las 17.00 horas después de haber celebrado una rifa con diferentes premios para los afortunados. El objetivo es, de cara al 2020, seguir disfrutando y trabajando por que las tradiciones de la isla no caigan en saco roto y los estudiantes las ‘mamen’ desde pequeños para que pasen de generación en generación.