Imagen de los atascos que se produjeron el martes para entrar en Vila por Ignasi Wallis.

«¡¿Pero qué haces ahí parada?! Que no está cruzando nadie... ah, que ya funciona el semáforo» . Quien gritaba esto ayer (incluyendo algún taco) era un motorista a la conductora de un Smart en el nuevo semáforo del cruce entre la avenida Bartomeu Roselló y la calle Ramón y Cajal. Ayer todavía había quien pasaba por primera vez por los nuevos cruces con semáforos que empezaron a funcionar el martes en el centro de Vila: dos en la avenida Bartomeu Roselló y uno en Ignaci Wallis.

La mayoría de los conductores obedecían las nuevas señales luminosas, pero de vez en cuando se podía ver como alguno pasaba con su vehículo en rojo sin ningún miramiento, seguramente por despiste.

En la parada de taxis de Bartomeu Roselló uno de los taxistas comentaba que el martes hubo «bastante caos» con la puesta en marcha de los nuevos semáforos, sobre todo en la avenida Ignaci Wallis. Desde su punto de vista el problema no eran los semáforos, sino más bien el exceso de coches que hay en la ciudad. Debería limitarse el tráfico en el centro, opinaba, dado que en verano es imposible circular por el exceso de vehículos.

El martes por la tarde se produjeron colas para entrar en Vila por Ignaci Wallis que llegaban a la rotonda que hay junto al centro educativo Joan XXIII. Era la primera tarde de la puesta en marcha de los nuevos semáforos.

Junto a la parada de taxis, ya hablando de la jornada de ayer por la mañana, los taxistas indicaban que en Bartomeu Roselló no se habían producido problemas.

En pruebas

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Desde el Consistorio consideran que el incidente se produjo por un cúmulo de circunstancias. Por una parte la Policía Local informó que en los últimos días se ha producido un aumento considerable de la circulación dentro de la ciudad, algo que achacaban al aumento de personas que vienen a trabajar y de turistas. Este hecho, sumado a la puesta en marcha de los nuevos semáforos y la falta de costumbre de los conductores podía ser la causa de atascos puntuales en la avenida.

Asímismo indicaron que desde el martes por la tarde y durante la jornada de ayer, «se han ajustado las señalizaciones horizontales y reprogramado los semáforos para facilitar la fluidez de la circulación y, sobre todo, garantizar la seguridad de los peatones, que es el objetivo de las modificaciones”.

Recordaron que, en concreto, por el cruce de la avenida Ignacio Wallis en el que se encuentran el IES Santa María y el centro cultural Can Ventosa, transitan a diario un gran número de peatones, razón que ha motivado la decisión de instalar los semáforos.

Respecto a los dos nuevos cruces con semáforos en la avenida Bartomeu Roselló, se ha aplicado en su puesta en marcha el «sistema ola verde» que también se aplica en la avenida España, de forma que en teoría cuando un coche accede en verde a la avenida llega con el semáforo del mismo color al cruce con Ignaci Wallis.

EL APUNTE

Una medida para la seguridad de los peatones

El Ayuntamiento de Vila informaba el martes a través de Twitter de la puesta en marcha de los semáforos «para mejorar la seguridad de los peatones». Entre las novedades está la instalación de una banda luminosa incrustada en el suelo frente al paso de peatones que se ilumina del mismo color que el semáforo. «Al principio pensé que era de alguna tienda», explicaba ayer un chico que acababa de pasar en rojo, que decía que se había dado cuenta al levantar la cabeza y ver el semáforo. El objetivo del indicador luminoso es advertir también a aquellos que van despistados mirando al suelo de la existencia del semáforo. Otra mujer agradecía que se hubiera instalado un semáforo en el cruce de Bartomeu Roselló que hay junto a hacienda. Explicaba que había visto más de una situación peligrosa en ese punto.