Tarjetas telefónicas como la primera fueron sustraídas tras reventar la caja fuerte de la nave. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

J.J. MONERRI Dos millones y medio de pesetas en tarjetas de teléfonos que ya han sido inutilizadas es el botín del que se apoderaron en la madrugada de ayer unos desconocidos que asaltaron una nave de la carretera del aeropuerto, en Sant Jordi. Los ladrones no pudieron llevarse nada más de valor tras reventar la caja fuerte de esta empresa, una distribuidora de publicaciones. Un dato curioso es que en el botín también incluyeron una imagen de San Pancracio.

El robo fue descubierto a primeras horas de la mañana después de que uno de los empleados se topara con que la puerta principal de la nave había sido arrancada, al parecer, con la ayuda de una palanca.

Las sospechas por lo sucedido se confirmaron momentos después. El interior del inmueble se encontraba completamente revuelto y los cajones por los suelos. Los autores del robo también dejaron otras muestras de su visita. A los daños causados en el mobiliario hay que sumar un rastro de sangre que posiblemente dejó uno de los ladrones al cortarse con una flejadora.

Además, según todos los indicios, los cacos tuvieron tiempo de abrir un frigorífico que tenía la empresa y de hacer uso de lo que ésta contenía.
No había dinero en la caja fuerte. Los ladrones, sin embargo, una vez que lograron reventarla, cogieron de su interior todas las tarjetas de 1.000 y 2.000 pesetas destinadas a su utilización en cabinas de teléfono así como las de 5.000 que de igual modo estaban preparadas para su comercialización en telefonía móvil.