El acusado el día que fue puesto a disposición judicial por la policía.

J.J.MONERRI La Audiencia tendrán que profundizar entre dos versiones enfrentadas para dictar sentencia en el caso del vecino de Talamanca que fue detenido por la policía el pasado de mes de mayo después de que un joven, que éste había conocido en una discoteca durante la madrugada, saliera herido de su casa presuntamente después de recibir varias heridas con unas tijeras.

Sólo la acusación particular de la supuesta víctima decidió continuar pidiendo penas de un caso que se inició con una denuncia por tentativa de homicidio y abusos sexuales y que tras la vista terminó calificado de esta parte de lesiones merecedoras de prisión por tres años y una indemnización de dos millones de pesetas. A su juicio, el joven cayó en una «imprudencia» al aceptar una invitación para acudir a la casa del invitado sin sospechar lo que iba a ocurrir.

El fiscal optó por pedir su absolución -«la absolución de los dos»- al no «llegarse a aclarar quién dice la verdad. No se sabe quién miente y quien puede incurrir en más contradicciones. Cada uno puede contar simplemente su verdad», señaló.

Los testimonios en este caso son claramente contrapuestos, incluso en quién hizo uso de las tijeras. «Primero intentó estrangularme. Estaba como un loco y me dijo que me prepara a morir después de que hubiera intentado invitarme a cocaína y también rechazara sus propuestas sexuales», aseguró el denunciante. La versión del acusado, Mujdat A., es radicalmente distinta: «Me dijo que tenía que hablar conmigo de moda y enseñarme ropa.Cuando estábamos en casa quiso robarme o pedirme dinero y ello terminó en pelea», haciendo referencia a que sólo se defendió.