Papelinas de speed, en una imagen de archivo, intervenidas por la Guardia Civil en Eivissa.

J.J. MONERRI David Garzón Sobrino, un vecino de Palma que hace cinco años trabajaba poniendo música en una discoteca de Platja d'en Bossa, ha sido condenado a cuatro años y dos meses de cárcel después de que la Audiencia Provincial le haya considerado culpable de traficar con speed. El acusado fue sorprendido a primeras horas de la tarde del día 25 de septiembre en este local en posesión de siete papelinas que arrojaron un peso de 3'882 gramos de sustancia positiva en anfetamina, hecho por el que la Guardia Civil instruyó un atestado.

El tribunal ha impuesto al Dj la máxima pena que pedía para él la Fiscalía. En su descargo, Garzón Sobrino, de 27 años y natural de la localidad catalana de Terrasa, alegó que recogió la droga después de ver cómo un desconocido la arrojaba frente a él justo en el momento en que pasaba un coche de policía.

El acusado, sin embargo, en el juicio que se celebró en Eivissa el pasado mes de mayo, confesó a la Sala que tenía previsto distribuirla a otras personas, según recoge la sentencia. «Pos las explicaciones del propio acusado resulta patente que su intención no era estrictamente hacer acopio de estupefaciente para consumirlo él, sino más significativamente para ponerlo a disposición de otras personas», indica.

En este mismo escrito se precisa además que existe otra circunstancia que echa por tierra la defensa del Dj. El tribunal ha dado total validez al testimonio de un agente que «con total nitidez pudo apreciar, estando situado a siete u ocho metros, cómo el acusado entregaba una papelina idéntica a las que fueron encontradas en su bolsillo al cachearlo».