Tiradores de elite de la policía hirieron ayer de muerte a un hombre que mantuvo como rehenes a tres personas durante 50 horas en una sucursal bancaria de la ciudad alemana de Aquisgrán. Poco antes del dramático desenlace, el secuestrador había puesto en libertad a dos de sus rehenes.

El último rehén se encontraba en el vehículo facilitado por la policía en el momento en que los tiradores dispararon contra el secuestrador y, según fuentes oficiales, resultó ileso. El secuestrador había recibido un coche para la huida y el dinero exigido. En el momento de los disparos, el delincuente se encontraba dentro del vehículo, con el que había recorrido unos metros, según confirmaron portavoces policiales.

Poco antes de que se desencadenaran los hechos, un comando de elite había lanzado botes de humo cerca del coche para poder disparar contra el secuestrador. Con su muerte concluyeron 50 horas de secuestro que comenzaron el pasado lunes a las 9 de la mañana, hora local, cuando un hombre con acento extranjero, según algunos del este de Europa, y cuya identidad se desconoce de momento asaltó una compañía de transporte blindado y en uno de sus vehículos el hombre se trasladó en compañía de tres rehenes a la delegación del Banco Central en Aquisgrán.