EFE-ORENSE Cándido López, de 89 años, lleva encerrado en una habitación 68 años, tras decidir encerrarlo sus padres porque «estaba enfermo de meningitis y porque la gente rumoreaba que atacaba a las mujeres», explicó Elena Ferro una sobrina política del anciano. Ferro explicó que su tío sufrió esta enfermedad a los 18 años, momento en que los padres de éste, que se dedicaban a la fabricación de chocolate, decidieron encerrarle para que no causara problemas al vecindario.

Elena Ferro y su marido, Celso López, junto a sus hijos, se trasladaron hace nueve años a vivir a la casa de Cea, en donde vivían Cándido y su hermana, Felisa López, que murió hace un mes a los 93 años. Cuando se instalaron en la casa, dijo la sobrina del nonagenario, Cándido estaba encerrado en su habitación y su hermana le daba de comer y le lavaba. Pero, agregó, después de tanto tiempo recluido, el hombre ya no quería salir de la casa. La sobrina de Cándido quiso dejar claro que éste «nunca estuvo encerrado con llave ni nada y que aunque se rumoreaba que atacaba a las mujeres, nunca le hizo nada a nadie». Cándido López dedica el día a jugar con pinzas de colores, a ver revistas y a jugar con muñecos.