El accidente tuvo lugar en el kilómetro 9'800 de la carretera de Sant Antoni. En la imagen, el punto kilométrico donde se produjo el siniestro. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Francisco Javier Campillo Melero, vecino de Sant Antoni y conductor de un turismo que se vio implicado en un accidente mortal en Eivissa en octubre de 1997, es culpable de un delito contra la seguridad del tráfico pero no de un homicidio imprudente, cargo éste último por el que también fue acusado y por el que se jugaba dos años de cárcel.

Así lo ha entendido la Audiencia que ha valorado que no sólo él cometió una actitud negligente al ir bebido sino que también lo fue la víctima, un joven que conducía sin carnet y que «interfirió irregularmente en la trayectoria» del otro coche cuando le adelantaban por un carril central. Una ocupante de este último coche resultó herida grave.

El tribunal, sin embargo, ha resuelto que el acusado, un joven de 22 años, tendrá que pagar una multa e indemnizaciones a los perjudicados, que en su conjunto se elevan a una cifra próxima a los ocho millones de pesetas. No podrá tampoco conducir vehículos a motor en un plazo de dos años. La sentencia a la que ha tenido acceso este periódico establece asimismo que ambos vehículos iban en paralelo por sus respectivos carriles cuando ocurrió el accidente en el tramo 9'800 de la carretera de Sant Antoni a Eivissa. La Sala, de esta manera, aclara que no existió contacto por alcance y que por tanto no hubo invasión completa de carril.