JOSEP MARIA SASTRE
«La lucha ha acabado, sólo me queda recordar a mi hija». La madre de María del Carmen del Salto, la joven de Porto Cristo que fue asesinada, levantó los brazos en señal de victoria cuando escuchó el veredicto del tribunal que acusaba al súbdito alemán Andreas Ingo Okulus de asesinato y violación y le condenaba a cadena perpetua. Justo después de la euforia se desplomó. «Sentí una relajación total», comentó ayer Engracia desde su casa de Porto Cristo, porque «ya he cumplido con la promesa que la había hecho a mi hija: ver encerrado a su asesino, ahora ya puedo descansar tranquila».

También el padre de María del Carmen, Enrique, manifestó su agradecimiento a la Justicia alemana. «En muchos momentos estuvimos dudando, era a cara o cruz, o nosotros o él (Okulus) y ganamos nosotros; salió cara, si llega a salir cruz no sé qué habríamos hecho. No creo que los guardias de seguridad nos hubiesen parado porque nosotros (en el juicio) éramos muchos, no quiero ni pensar lo que habría hecho».

Ayer, Engracia quiso agradecer a toda la gente que ha trabajado en el caso de su hija la colaboración y dedicación pero, sobre todo, no se olvidaba del apoyo del pueblo: «Todos juntos hemos logrado encerrar al asesino de mi hija». De entre los investigadores y peritos quiso agradecer la ayuda del médico forense, Javier Alarcón; de los abogados y también señaló la labor «estupenda» de los agentes de la Policía Judicial de Manacor.