José M.M., vallisoletano de 30 años, fue detenido en septiembre hace dos años por la policía en una investigación que sirvió para aprehender 475 éxtasis y supuestamente para acabar con la distribución de esta droga principalmente en lugares de ocio de la Marina. Ayer, ante la Audiencia Provincial, negó que en algún momento llegara a traficar y se declaró, en todo caso, como un antiguo consumidor que había rehecho su vida y que contaba con un trabajo y pareja estable, tras salir de la vorágine que le imponía su trabajo de DJ en Eivissa. En su alegato final, pidió al tribunal que tuviera en cuenta todas estas circunstancias, esgrimidas también por su defensa, que solicitó para él la absolución.

El fiscal solicita para él una pena de once años de prisión, petición que sustenta en las pruebas recogidas en la investigación que llevó a cabo la UDYCO y, a su juicio, en la ausencia de informes que sustente su estado de dependencia a la cocaína y al éxtasis, tal y como el acusado mantenía.

La defensa, que pidió la nulidad de las actuaciones policiales al entender que no se habían puesto ante la Sala las escuchas telefónicas que efectuó la policía, también intentó probar que la detención de José M.M. respondió a una posible venganza llevada a cabo por la ex compañera de otra persona que fue detenida en esta misma operación policía y que ayer sólo compareció como testigo. Ésta mantiene un pleito con el citado testigo por su hijo, ahora supuestamente en Argentina. José M.M. fue detenido cerca de su casa en Sant Rafel y además se le intervinieron 18 gramos de cocaína y dos dosis de LSD. Al tribunal explicó que tenía 475 éxtasis porque entonces, según sus palabras «se ponía fino», y se le ofreció un «chollo» por 275.000 pesetas.