Las brigadas terrestres se vieron apoyadas por refuerzos aéreos. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Los bomberos continuaban anoche en Sant Vicent trabajando en la extinción de los dos frentes de fuego que permanecían activos en el Pla de ses Formigues después de que se hubieran cumplido las primeras 24 horas de un incendio que ha arrasado ya unas 80 hectáreas, según los cálculos que ya realizaban los técnicos forestales.

El fuego al llegar la noche avanzaba sin control sobre todo en la zona oeste, un lugar donde a media tarde se reavivaron las llamas por una explosión que en pocos minutos consumió toda una ladera y aumentó la magnitud de un frente que se esperaba cercar. Las previsiones eran más optimistas en la parte norte, donde el fuego había reducido mucho la virulencia del día anterior. No había novedad en un tercer frente que se pudo extinguir durante la jornada de ayer.

La Guardia Civil seguía investigando las causas de este incendio del que todas las fuentes muestran sus sospechas porque hubiera sido provocado por cómo se inició y por cómo se desarrolló. Es una de las hipótesis que también baraja la conselleria de Medi Ambient, aunque desde el Govern se pide prudencia hasta que los técnicos emitan su informe.

Esta prudencia también viene avalada por las mismas complicaciones que está presentando la extinción. Los técnicos destacan que, por la orografía entre otros motivos, el fuego cambia continuamente de dirección en zonas abruptas y con densa vegetación, en medio de mucho calor y sequedad y alguna ráfaga de viento imprevista. Los medios terrestres, algunos desplazados desde Formentera -casi 80 personas combatiendo el fuego- contaron con seis aviones, dos de ellos con base en Sevilla y Madrid, y dos helicópteros de apoyo. Uno de los airtractor tuvo que ir a Mallorca al iniciarse en Alcúdia otro fuego forestal que sí pudo ser extinguido.