Juan Miguel Roig Beckingham, natural de Eivissa y de 24 años, se sentó ayer en el banquillo no para responder por alguno de los audaces robos de barcos y veleros que en su día motivaron actuaciones policiales y judiciales contra él. Esta vez tuvo que comparecer por un robo ocurrido en 1998 en un grill de Platja d'en Bossa, un asalto que le reportó 53.000 pesetas, además de un buen repertorio de botellas y discos.

El acusado, que actualmente se halla en prisión, aceptó ante la titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa una condena de un año de cárcel. La pena es sólo una anécdota dentro del variopinto «curriculum» de hechos delictivos que se le han imputado.

Roig Beckingham, con domicilio también en la localidad mallorquina de Alaró, fue detenido a principios de año en Barcelona después de que la policía le localizara tras haberse encontrado sus huellas dactilares dentro del establecimiento asaltado en Platja d'en Bossa, una prueba que paradójicamente también le ha implicado en los robos de veleros que motivaron su detención en más de media docena de casos, ocho según distintas fuentes policiales. Al parecer, el sospechoso fue descubierto tras haber estado varios meses en paradero desconocido y con órdenes de busca y captura.

La última vez que había trascendido una detención de ste joven ibicenco fue un año antes. Roig fue detenido en febrero en Menorca, en Cala Galdana, cuando llegó a bordo del «Symphonie», un velero sustraído días antes del Puerto Olímpico de Barcelona, tras otra tentativa, y con el que llegó antes de intentar poner rumbo a Africa. Días atrás también se le relacionó con otro velero sustraído en Eivissa. El barco apareció amarrado en Túnez, lugar donde se cree que también iba ir el «Symphonie» tras ser vendido a una posible red que estaría operando.

No fueron hechos aislados. La Guardia Civil de Menorca, tras su detención, le relacionó cono otros hechos similares ocurridos en otros puertos y ciudades. Así se le vinculó a un robo de material náutico en Barcelona y a la aparición de un coche en un taller de Valencia que figuraba como sustraído. También se le consideró en 1998 el autor del robo de otro barco en Mallorca que fue hallado en Fuerteventura.