El nuevo Wrangler siniestrado estaba estacionado frente al hotel «Don Carlos». Foto: K.T.

Vuelta a las andadas en la urbanización Siesta. Otro vehículo descapotable, el quinto en la lista, resultó calcinado en la madrugada de ayer en este núcleo de población de Santa Eulària en lo que claramente parece guardar relación con los sucesos ocurridos hace quince días, fechas en que en tan sólo dos noches se perdieron dos Wrangler, un BMW y un Suzuki. El «modus operandi» y las circunstancias de este nuevo incendio vuelven coincidir con los casos anteriores, ligados bien a la actuación de un pirómano o de una persona que está actuando por venganza contra personas de la comunidad alemana de la zona por razones aún no conocidas.

El nuevo vehículo siniestrado es otro Wrangler y, como los anteriores, pertenecientes a un residente alemán. Se da la circunstancia de que su propietario, al parecer, no se hallaba estos días en la isla. Dejó el coche aparcado en la parte alta de la urbanización, a pocos metros del lugar donde a mediados de mes las llamas calcinaron por completo y en un espacio no superior a las dos horas a tres de los vehículos siniestrados en este misterioso capítulo de incendios. El cuarto incendio, que destruyó a otro Wrangler, en la noche siguiente desveló con certeza de que la cadena de acontecimientos debían estar ligados por algún móvil.

Los operativos policiales instalados entonces por la Guardia Civil no se saldaron con resultados concretos. De hecho, nadie fue testigo de los incendios, según lo recogido, y tampoco hubo nuevas pistas. El pirómano mantuvo el «silencio» y esperó hasta la madrugada de ayer para volver a actuar. El Wrangler siniestrado comenzó de súbito a arder cuando eran cerca de las 4.30 horas. El 112 activó la emergencia al tiempo que el retén de la Policía Local recibía nuevas llamadas. Las patrullas de la policía y de la Guardia Civil se desplazaron hasta Siesta movilizándose también a los bomberos. El servicio quedó concluido pasadas las cinco de la mañana.