Los juzgados de Eivissa dispondrán en breve de un servicio de atención social, una iniciativa que ya ha obtenido buenos resultados en Palma y que también está prevista implantar en Manacor e Inca. Así fue anunciado ayer en la presentación de la Memoria 2000 del Instituto de Reinserción Social (IRES) en un acto que se celebró en Mallorca y que estuvo presidido por la consellera de Benestar Social, Fernanda Caro, y el decano de los jueces de Palma, Pedro Barceló.

El IRES, cuyo objetivo es compatibilizar la administración de una justicia que integre y articule la aplicación de medidas y recursos de carácter psicosocial, educativos y sociosanitarios, atendió, durante 2000, a 307 usuarios y el número total de demandas ascendió a 1.262, una media de 4'1 por usuario frente a la media del año anterior que fue de tres demandas por usuario. De las 307 personas atendidas el 82 por ciento fueron hombres, el 79 por ciento, encausados y, el 76 por ciento, residentes en Palma. El 30 por ciento de los atendidos han visto suspendida su condena a cambio de someterse a un tratamiento de deshabituación de drogas o por no reincidir en el delito durante un tiempo determinado.

El 42'8 por ciento de los usuarios accedieron a este servicio a través de instancias judiciales y el 20'57 por ciento de los usuarios fueron remitidos mediante programas de atención a las drogodependencias; un 18'85 por ciento, por iniciativa propia y un 16 por ciento, derivados de los servicios sociales en general.

En el apartado de toxicomanías, el estudio destaca que la mayor parte de los casos, un 47'2 por ciento, llegaron al IRES a través del Servicio Municipal de Drogodependencias y del Equipo de Atención a las Drogodependencias del Consell de Mallorca, respectivamente. Un 17'5 por ciento fue remitido a través de los servicios sociales penitenciarios, y otro 17'5 por ciento, desde los centros de atención primaria.