El barco de la Trasmediterránea sufrió daños a estribor al colisionar con el yate.

La decisión de la juez del Juzgado de Instrucción número 5 de Palma, Ana San José, coincide con la petición que formuló la Fiscalía. En ella se pedía que se archivaran las diligencias penales que se iniciaron tras la colisión entre las dos embarcaciones, que tuvo lugar en la noche del día 7 de septiembre del pasado año a sólo 0.4 millas de la costa del Port d'Andratx. El fiscal consideró que ninguno de los dos capitanes tuvo una actuación delictiva, y solicitó el archivo de esta causa penal. Sin embargo, la acusación extendió la responsabilidad del accidente, para asumir los daños económicos, al capitán del yate de recreo, al entender que el día que se produjo el accidente cometió una falta al no estar lo suficientemente atento a la navegación.

Este auto de la juez todavía no es firme y con toda seguridad tendrá que ser la Audiencia la que adopte la última decisión al respecto. De hecho, el abogado Pedro Palmer, que ejerce la representación legal del capitán del yate «Auriga», no está conforme con la decisión que ha tomado la juez y ha recurrido este auto de archivo. Sin embargo, para tomar esta decisión la juez San José ha valorado una serie de informes técnicos redactados por expertos en siniestros marítimos. Uno de estos técnicos llegó a la conclusión de que en el momento previo a la colisión el capitán del yate de lujo no realizaba la vigilancia suficiente que exige el reglamento de navegación. Otro de los informes señalaba que el capitán, cuando la embarcación se encontraba cerca de la punta de sa Mola, en Andratx, realizó un cambio de rumbo hacia estribor. Esta maniobra, a juicio del técnico, provocó la colisión con el barco rápido de la Trasmediterránea.

La veracidad de estos informes fueron puestos en tela de juicio por el abogado del capitán del «Auriga», que defenderá hasta el final que no es cierto que su cliente realizara un cambio de rumbo, y mucho menos que no estuviera atento a la navegación en los momentos previos a la colisión. Tal como ya adelantó Ultima Hora , el letrado sostiene que de los dos barcos el que daba alcance al otro era el «Milenium», y por tanto entiende que era el capitán de esta embarcación la que debía realizar la maniobra adecuada para evitar la colisión. Esta afirmación de la defensa no es gratuita, sino que se basa en la declaración de varios de los ocupantes del barco de la Trasmediterránea que han señalado que el «Milenium» iba por detrás del «Auriga».

Por ello, la defensa, basándose en el reglamento de navegación, sostiene que debía ser el capitán de la Trasmediterránea el que debió realizar la maniobra adecuada para no colisionar, y no al revés. El letrado no sólo quiere que el caso se resuelva en un simple juicio de faltas, sino que en su recurso ha planteado que el capitán del rápido de la «Tras» sea juzgado y acusado de un delito de imprudencia. Ello lo basa en que entiende que la velocidad que navegaba el barco era excesiva teniendo en cuenta que se encontraba a sólo 0.4 millas de la costa de Andratx. Los estudios técnicos han indicado que la velocidad de navegación era de 39 millas. Esta decisión de la juez también ha sido recurrida por las otras partes.