Establecer una colaboración internacional para erradicar en lo posible el consumo y, sobre todo, el tráfico de drogas de diseño en Sant Antoni y en el resto de las Pitiüses. Este es uno de los principales objetivos de la recién iniciada colaboración entre la policía británica y las fuerzas de seguridad del Estado en las Pitiüses. La meta final es mucho más ambiciosa: reducir al máximo la inseguridad ciudadana.

Así lo explicó la directora insular de la Administración del Estado en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregui, que se reunió ayer en Eivissa con una representación de policías del Reino Unido, la vicecónsul británica en las Pitiüses, jefes de la Comandancia de la Guardia Civil de Balears y de la compañía de Eivissa, además del alcalde y el concejal de gobernación de Sant Antoni.

«La reunión ha sido muy interesante, positiva y constructiva», señaló Sánchez-Jáuregui, que manifestó su deseo de que el encuentro de ayer sea el primero de una larga serie. El tema central fue el intercambio de información sobre los temas más graves, para lo que se pusieron sobre la mesa «las experiencias de ambos países que en muchos casos son afines», señaló la directora insular.

El 40 por ciento del turismo que acude a Sant Antoni lo componen jóvenes ingleses, por lo que la problemática y experiencia de una y otra policía «es afín hasta cierto punto y complementaria», matizó Sánchez-Jaúregui. Las dos partes han coincidido en que el tema más urgente es el de las drogas de diseño -pastillas o éxtasis- que son las que más consumen los turistas jóvenes del Reino Unido cuando acuden a Sant Antoni. La directora reconoció que para atacar eficazmente el problema de la droga habrá que atacarlo desde todos los frentes, incluyendo redes de tráfico internacional.