La Audiencia Provincial ha resuelto con una sentencia absolutoria el caso de violación que se imputó a un vecino de Sant Antoni que tuvo que sentarse recientemente en el banquillo acusado de abusar hace tres años de una mujer en un llaüt, vista que supuso el primer juicio por videoconferencia que realizó el tribunal con Eivissa. Los magistrados entienden no sólo que no hay ninguna prueba que evidencie que existió tal violación sino que, además, no da ni siquiera por probado que la denunciante y el acusado mantuvieran relaciones sexuales.

El fallo está en consonancia con los argumentos expresados durante el juicio por la defensa y el fiscal, parte ésta última que durante el proceso ya pidió el sobreseimiento de la causa y que durante el juicio solicitó que se dictara una sentencia absolutoria.

El acusado, que se enfrentaba a quince años de prisión y al pago de más de 30 millones de pesetas, solicitados por el abogado de la denunciante, ha quedado exonerado de toda responsabilidad después de que la Audiencia valorara los reconocimientos médicos a la presunta víctima -no declarante en el juicio-, su historial clínico y la falta de consistencia de lo expresado por el testigo que adujo haber escuchado cómo se abusaba de la mujer durante el trayecto a través de un teléfono móvil. El proceso se inició al relatar la víctima que fue violada en un barco tras ser recogida de una fiesta que se celebraba en una caseta de Cala Gració y llevada al puerto .