En la imagen puede verse la similitud entre los euros y las monedas thailandesa y francesa.

Las monedas de uno y dos euros cuentan con dos serias competidoras en el mercado pitiuso, sobre todo a la hora de ser utilizadas en máquinas expendedoras de todo tipo. Se trata de piezas procedentes de países tan dispares como Thailandia y Francia y que, gracias a su gran parecido con las nuevas monedas europeas, están pudiendo ser utilizadas para sustituirlas.

En varios establecimientos de la isla de Eivissa han comenzado a descubrirse estas monedas en el interior de los cajetines de sus máquinas expendedoras (tabaco, refrescos, etc.), casi perfectamente camufladas entre las piezas restantes y de curso legal. De hecho, las llegadas desde Thailandia y Francia comparten con el euro el diseño de un anillo de aleación rodeando una circunferencia.

Algunos comerciantes han expresado su extrañeza ante la situación, alegando que lo primero que habría que hacer en el momento de crear una nueva moneda es estudiar las existentes, para que circunstancias como las relatadas no puedan darse bajo ninguna circunstancia.

Además, la problemática llega a los pocos meses de instaurarse la moneda única y después de las intensas campañas centradas en las estrictas características de seguridad que presentan los nuevos billetes emitidos en la Unión Europea, aunque, al parecer, nadie le hizo demasiado caso a las monedas, situadas ahora en Eivissa en el centro de la polémica.