Es la repetición corregida y aumentada de lo que sucede cada mes de agosto en Formentera, un caos circulatorio casi perpetuo que se nota muy especialmente en dos o tres zonas, pero que es extensible a prácticamente toda la isla. La proliferación de todo tipo de vehículos de alquiler se convierte en la cruz de Formentera a excepción de la media docena de negocios dedicados a ello, que durante el verano hacen su agosto. Coches, motorinos y bicicletas colapsan el núcleo urbano de Sant Francesc y sobre todo es Pujols, que es donde el caos llega a su paroxismo con especial hincapié en las horas nocturnas.

No se salvan lugares como Illetes y las carreteras y caminos en general donde el continuo ir y venir de los vehículos convierte la circulación en una lotería o una gincana sin vencedores en la que muchos acaban probando la rugosidad del asfalto de Formentera o la dureza de los muros de paret seca.

El gran número de motocicletas que se alquilan en verano con puntas milenarias en agosto dejan en los visitantes una sensación de caos y en los residentes un sentimiento de frustración con ribetes de agresividad. «No sé por qué la Policía Local y la Guardia Civil sólo se mete con nosotros -dice una empleada del sector de hostelería- mientras que a los turistas, y en especial a los italianos se les deja hacer lo que quieren».

La encargada de un conocido bar reconoce que «la clientela es buena para el negocio, pero los problemas que causan copando calles y aceras a la hora de aparcar también nos perjudica y encima nos ponen a todos de los nervios, porque esto parece la selva». Conductores de autobuses, transportistas y taxistas que deben transitar por es Pujols muestran su indignación por la situación. «Aparcan donde quieren e impiden la circulación sin que aparentemente nada suceda», afirma un taxista.

Sin embargo, dos de los momentos álgidos del día se dan hacia las dos o tres de la tarde en el camino de Illetes, que se vuelve impracticable por el acumulo de vehículos en zonas de estacionamiento prohibido, que impiden el paso de los vehículos; el segundo de los puntos negros es en la carretera de es Pujols a la Savina a partir de las nueve de la noche cuando los motorinos se cuentan por centenares cortando la circulación.