EFE-ANKARA

Las tareas de rescate emprendidas tras el terremoto que sacudió Turquía el jueves y que se ha cobrado la vida de 167 personas se detuvieron ayer, informó el Centro de Crisis de la provincia de Bingol, en el sureste del país. El seísmo, de 6,4 grados según la escala abierta de Richter, dejó también 510 personas heridas, aseguró la misma fuente.

En la ciudad de Bingol, unidades de bomberos y policías con perros adiestrados consiguieron rescatar con vida a 115 estudiantes de entre los escombros de la residencia regional de Celtiksuyu, donde otros 87 fueron hallados muertos. El Centro de Crisis, formado por el Gobierno turco tras el terremoto, agregó que al menos mil edificios resultaron seriamente dañados en Bingol, localidad de 70.000 habitantes. Por la mañana, se registró en la misma Bingol un seísmo de 4,4 grados en la escala abierta de Richter, lo que provocó la angustia y el terror entre los habitantes de esta ciudad, que ayer pasaron su tercera noche en la calle por miedo a nuevos derrumbamientos.

El terremoto de Bingol puso de nuevo en evidencia la defectuosa construcción de viviendas y edificios públicos de la zona, como la escuela de Celtiksuyu, que fue inaugurada hace dos años. Las autoridades han anunciado por ello actuaciones judiciales.