El pescador que encontró a Antonio Navarro aseguró que oyó claramente dos impactos. FOTOS: J.F.M.

J.F.MESTRE

Ayer tarde quedó visto para sentencia el juicio contra Francisco M.M, el joven acusado del asesinato de un minusválido, al que presuntamente arrojo por un acantilado de Eivissa en el mes de abril del pasado año. El jurado popular, encargado de decidir sobre la culpabilidad o inocencia del acusado, quedará mañana incomunicado una vez que la magistrada Margalida Beltrán entregue el objeto del veredicto.

En la sesión de la mañana de ayer destacó la declaración de varios testigos, que demostraron que la víctima, conocido en Eivissa con los apodos de «Antón» y «Torete», no cayó por el acantilado de una forma accidental. Varios testigos confirmaron que el día de los hechos el acusado y la víctima fueron vistos en un bar de camino a la zona de 'Illa Plana', donde se produjo el crimen. Después se les vio marcharse juntos y era el acusado quien iba empujando la silla de ruedas. Destacó la declaración del hombre que se encontraba pescando junto al acantilado cuando cayó la víctima.

Este hombre declaró que primero escuchó como caía un objeto desde lo alto del precipicio (él no pudo fijarse de qué se trataba) y unos segundos más tarde escuchó un segundo impacto.

El primer objeto que cayó fue la silla de ruedas, que apareció plegada y muy cerca del agua, y después fue lanzado el minusválido. El testigo calculó que entre las dos caídas hubo una diferencia de tiempo de unos siete segundos. Este pescador se acercó para comprobar lo que había caído, y fue cuando encontró el cadáver del minusválido. El hombre recordó que la víctima aún estaba con vida.