La madre del joven británico David Holloway, que murió en septiembre de 2002 al ser atropellado por un autobús en la carretera de Sant Antoni, está buscando patrocinio para emprender una campaña de advertencia sobre el peligro de la carretera en la que falleció su hijo. Shelagh Holloway quiere distribuir papeletas entre los turistas de la isla solicitando precaución en esta ruta, bautizada por la prensa de su país como carretera de la muerte. Con el fin de hacer la campaña lo más efectiva posible, la familia Holloway, originaria de Gales, solicita 4.000 libras esterlinas (unos 6.000 euros). David, que tenía 17 años cuando murió, fue atropellado por una autobús porque se colocó justo delante de éste en el momento en que debía arrancar. Según la sentencia judicial, el conductor no pudo hacer nada por evitar el atropello del joven, que resultó partido en dos. El conductor fue absuelto de cualquier culpa.

Desde entonces, la madre del joven no dejó de protestar en su país por el mal estado de esta carretera española. De hecho, Shelagh Holloway considera que el apoyo del Gobierno de Madrid a la remodelación de la carretera de Sant Antoni se debe a las presiones que efectuó el año pasado a través del parlamentario galés Mark Tami, que elevó las quejas a la Cámara de los Comunes. El propio Tony Blair, en la cámara baja británica, habló acerca de la peligrosidad de esta carretera y encargó al jefe de su diplomacia, el canciller Jack Straw, que solicitara a su colega -entonces la ministra Ana Palacio- que pusieran los medios para mitigar el problema. Poco después, el Gobierno de José María Aznar dio luz verde a la partida presupuestaria para desdoblar la carretera. Ahora, tras la derrota del PP, el proyecto está en tela de juicio.

Shelagh Holloway felicitó a Mark Tami y a sí misma por la rapidez con la que el Gobierno español decidió la partida para la carretera de Sant Antoni y llegó a decir: «Por lo menos ahora sabemos que David no murió en vano».