Todos los náufragos fue encontrados por un helicóptero de Salvamento Marítimo.

El naufragio tuvo lugar de noche, con mala mar y a unas ocho millas de es Vedrà cuando el «Jeque Simbi» en la noche del 9 al 10 de julio de 2000 con once turistas a bordo y con un patrón contratado para hacer la travesía entre Denia e Eivissa. El barco, un catamarán, se fue a pique y todos sus ocupantes, en el agua y asidos a una balsa, pudieron ser rescatados después de una intensa búsqueda de Salvamento Marítimo que acabó tras localizarles hora y media después del naufragio y cuando cuatro de ellos sufrían heridas por picaduras de medusas. «Ni siquiera había chalecos salvavidas para todos. Cuatro no teníamos», aseguró una de las turistas afectadas.

Las cuatro denuncias que se interpusieron en el juzgado por estos hechos han acabado con el procesamiento de tres persona, el patrón del barco y otras dos que se ligan a una asociación especializada en viajes de aventura. A cada uno de ellos el fiscal les pide 24 fines de semana de arresto por cuatro supuestos delitos de lesiones imprudentes, así como, en su conjunto, indemnización que superan los 11.000 euros por las lesiones y secuelas que sufrieron las víctimas.

Los testigos relataron ayer en la vista oral que su particular odisea comenzó muchas horas antes del naufragio y después de haber pagado 39.000 pesetas por un crucero contratado para conocer en un velero las calas de Eivissa en compañía de un grupo de jóvenes. El «Jeque Simbi» zarpó de Denia el día 8 pero regresó al tener problemas con una vela. Al día siguiente volvió a hacerse a la mar. Fue entonces cuando se rozó la tragedia.

«El patrón dormía cuando se rompió el timón, luego cayó el palo de la vela. Todo de noche y con grandes olas. Ninguno sabía nada de navegación pero ellos -por los acusados- nos habían dicho que éramos como un equipo. Lo peor fue cuando empezó a entrar el agua, no había chalecos para todos y vimos que perdíamos también la balsa auxiliar», dijo uno de los testigos. «Ya en tierra y rescatados, el patrón nos dijo que 'somos amigos, somos amigos y aquí no ha pasado nada», reprochó esta misma testigo.