La Comisaría de Eivissa quiere deshacerse cuando antes de las casi 11 toneladas de hachís embadurnadas de gasolina que se aprehendieron el pasado sábado, porque apestan las instalaciones y ocupan dos habitaciones, pero aún esperan órdenes. No saben ni cuánto tiempo tendrán que guardarlo ni dónde se quemará toda esta droga.