La mujer que fue detenida el pasado jueves por la Guardia Civil después de que ella misma llamara para entregarse tras reconocer que había sustraído tres escopetas de un domicilio de Sant Carles aceptó una condena de dos años de prisión, pena que quedará en suspenso al carecer la sospechosa, de nacionalidad peruana, de antecedentes delictivos.

El acuerdo judicial se adoptó después de que la Guardia Civil pasara a la acusada a disposición judicial y ésta reconociera todos los hechos que le imputaban, ratificado, de nuevo, que actuó por despecho contra el propietario de las armas.

La mujer, a la que se aplicó el atenuante de arrepentimiento y colaboración confesó que había obrado por venganza después de que hubiera tenido relaciones íntimas con el afectado, hechos que, al parecer, se sucedieron en contadas ocasiones.El robo de las escopetas se produjo cinco días antes de que ellas misma decidiera entregarse.