J.M.ALONSO
Luz María Unzáin, de 29 años, natural de Paraguay residente en Santa Eulària, continúa muy grave tras ser operada dos veces en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, donde permanece ingresada. Fue atropellada anteayer en la misma recta de Can Marçà, cerca de Santa Eulària, en la que fue atropellado mortalmente José Roig, de 77 años, el 9 de mayo de este año. Luz María Unzáin sufrió un traumatismo craneoencefálico muy grave, hemorragia cerebral, trauma torácico muy severo con hemorragia pulmonar masiva, rotura de bazo, fractura de pelvis compleja y de fémur derecho. Ayer por la tarde estaba estable, aunque los médicos consideran el pronóstico muy grave. Los médicos pasaron toda la noche con ella. Está en coma profundo, aunque los especialistas advirtieron reacción en uno de sus ojos. No obstante, tiene las pupilas muy dilatadas, signo de lesión cerebral grave. El accidente se produjo a las ocho y media de la tarde. Al parecer, la joven llegó en un vehículo a la zona del bar Jardí d'Or, en Can Marçà. Fue a cruzar la carretera y un turismo marca Peugeot la golpeó frontalmente, lo que le causó las heridas que la mantienen en coma. El conductor se detuvo y, una vez que llegó la Guardia Civil de Tráfico, fue sometido a la prueba de la alcoholemia. Dio negativo. El equipo médico de una UVI móvil del 061 estuvo 20 minutos en el lugar del accidente atendiendo a la herida. La mujer estaba a punto de morir, pero el equipo del 061, tras muchos esfuerzos, consiguió recuperar sus constantes vitales y trasladarla a la Policlínica. Ya antes del atropello de mayo, en el que murió José Roig, los vecinos y trabajadores de la zona habían pedido la instalación de un semáforo de velocidad y que permita el paso de los peatones, y que se ilumine este tramo, una recta muy larga en la que los coches sobrepasan frecuentemente el límite de 60 kilómetros hora que hay en esta zona. Ayer, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, dijo que ya ha pedido al Consell, organismo responsable en este caso, que se instalen el semáforo y las farolas y dijo que se trata de una «reivindicación bastante antigua». «Los técnicos tienen esta reivindicación encima de la mesa», dijo Marí, que considera estas medidas «imprescindibles». Por su parte, trabajadores de la zona denunciaron ayer que coches, camiones y motos suelen rebasar con mucho el límite de velocidad en esta zona, a 4 kilómetros del núcleo urbano. «Anoche, tras el accidente», dijo una empleada de un bar, «los coches sí respetaban el límite, porque veían las luces de la policía y la ambulancia».