El suceso tuvo lugar el pasado verano en la localidad de Sant Ferran, en Formentera.

La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, ha condenado a un año de prisión a un joven que el pasado verano trabajaba de recepcionista en un hotel de Formentera y que en un «arrebato» golpeó a un agente uniformado de la Guardia Civil cuando éste identificaba a su novio. La pena impuesta, al considerarse a la acusada culpable de un delito de atentado, queda en suspenso al carecer la chica de antecedentes.

El suceso tuvo lugar cuando el hombre salía de un callejón oscuro de Sant Ferran, donde había ubicado un restaurante, y los agentes de una patrulla consideraron oportuno identificar a dicha persona, un joven de nacionalidad italiana. Cuando los guardias civiles se hallaban de espaldas al callejón, uno de los agentes notó de improviso un fuerte golpe en el oído.

«Fue tan absurdo que nos quedamos parados. Estábamos con el chico y, de pronto, apareció por detrás la chica y sin venir a cuento le dio un bofetón a mi compañero», señaló el día del juicio uno de los agentes. «No sé que es lo que pensaría. Sin más noté un golpe. Luego, inmediatamente a continuación, nos pidió perdón», añadió el afectado. El guardia sufrió una lesión auditiva de la que tardó en curar cuatro días.

Según la información recogida por este periódico, en la sentencia se recoge la actitud impulsiva de la acusada, pero también se hace hincapié en que el guardia civil realizaba una labor propia de su trabajo y que, como agente de la autoridad, éste ostenta un cargo al que se debe un respeto. En la vista oral, la sospechosa, que se sentó en el banquillo jugándose una condena de año y medio de prisión, afirmó que en su intención no estuvo nunca golpear al agente y que, en todo caso, le dio un manotazo cuando «muy nerviosa vio que uno de los agentes sin motivo agarraba» a su novio.