La Audiencia Provincial ha condenado a las cinco personas que fueron juzgadas el pasado mes de octubre como supuestos integrantes de una red de distribución de cocaína y hachís en Eivissa que, según la investigación de la Guardia Civil, operaba en Eivissa hace siete años. Los sospechosos, tres españoles, un magrebí y un italiano, fueron apresados hace siete años en la denominada Operación Peca, una actuación del instituto armado que se concretó con la aprehensión de kilo y medio de cocaína, otros tres y medio de marihuana, 283 gramos de hachís y 152 éxtasis tras llevarse a cabo registros domiciliarios en Vila, Jesús y Sant Josep.

El tribunal, que ha tenido en cuenta al imponer las penas la atenuante analógica de dilación indebida del proceso, ha impuesto nueve años de prisión a uno de los supuestos cabecillas y penas de cuatro y tres años al resto de acusados. Los agentes que participaron en este servicio, que atribuyeron a cada uno de los detenidos su papel en la red, también se incautaron de tres balanzas de precisión y una pistola de fogueo, así como una prensa, material útil para la preparación y venta de la droga y diversas sustancias empleadas para el corte de la cocaína.

El principal imputado, R.C.P., de 36 años, vecino de Can Popuete, en Sant Josep, y persona que además de la condena de nueve años de cárcel tendrá que pagar una multa de 80.000 euros, figuraba como uno de los distribuidores del grupo. En su poder se halló la mayor parte de la droga decomisada, así como una agenda y tickets de publicidad en cuya parte posterior figuraban anotaciones con nombres de supuestos clientes y de cobros realizados a éstos, según recoge la Audiencia Provincial como probado.

Pareja
El tribunal también establece tres años y medio de cárcel y multas de 20.000 euros para F.S.L., de 33 años y para su compañera M.P.P., de 31, ambos afincados en una casa de Jesús, y quienes presuntamente también tenían una buena «cartera» de clientes.

La Guardia Civil halló droga por toda la casa: en la mesa del ordenador, sobre el televisor de un dormitorio, en una impresora, en el suelo de otro cuarto y en una mesilla de noche, entre otros lugares. Según la sentencia, M.P.P. aportaba su domicilio para guardar los estupefacientes y se encargaba directamente de las operaciones contables.

Los otros dos acusados, el magrebí M.I.E.H., de 31 años, vendedor de la red, y el italiano, M.C., de 34, este último con domicilio en un piso de la avenida de España de Eivissa y relacionado en la investigación con el anterior, son condenados respectivamente a cuatro y tres años de cárcel.