El juez decano, Juan Carlos Torres, se reunirá con sus colegas la próxima semana para debatir este asunto.

El gremio de los jueces no puede organizarse en sindicatos ni tampoco declararse en huelga, pero los magistrados sí pueden, para mostrar su malestar y como medida de presión ante el Ministerio de Justicia, emprender una especie de 'huelga de celo' como la que iniciaron anteayer en Palma. Los jueces de Eivissa estudiarán la próxima semana si suman a esta protesta, anunció ayer el juez decano, Juan Carlos Torres. En el caso de que así lo acuerden, se celebraría una Junta de jueces en la que se aprobaría la decisión de sumarse a la 'huelga de celo'. El problema consiste en que los jueces no han recibido en su nómina de enero de 2008 el aumento que esperaban y que estaba pactado, explicaron ayer fuentes judiciales de Mallorca.

Esto consiste en trabajar lo mínimo que les exige la ley, es decir, en cumplir estrictamente lo que marcan los módulos de trabajo de los jueces. Los módulos miden el trabajo de los jueces: se les exige un número determinado de señalamientos al semestre. Se le permite hacer más, pero no menos, y, al parecer, normalmente, hacen más. En palabras del juez decano, «si por ejemplo lo normal es realizar veinte juicios al día, se harían diez o quince».

En el caso de que finalmente los jueces de Eivissa decidan protestar de esta manera, el retraso en la proyección de señalamientos en los Juzgados de la isla se alargaría por encima de los seis meses, que es la media aproximada en la actualidad, una media que ya aumenta día a día a causa de la huelga indefinida que emprendieron los funcionarios hace ya dos semanas para protestar por el agravio comparativo que padecen respecto a sus compañeros de las comunidades autónomas que cuentan con la competencia de Justicia, que cobran entre 200 y 300 euros más que ellos.