El juez Juan Carlos Torres ha reabierto la causa contra el residente marroquí al que la Guardia Civil cree, junto con un colombiano que en la actualidad se halla preso, uno de los jefes en la isla de la red de narcotráfico desarticulada en la denominada operación «Brujas», actuación con la que se consideró desmantelado el principal grupo que introducía droga este verano en la isla. El mismo juez, al que compete la investigación sobre este caso, sobreseyó provisionalmente en enero la causa contra dicho individuo, vecino de Cala Vedella, al entender que no se habían presentado indicios o acusaciones formales que motivaran que dicha persona siguiera encartada en la investigación.

La decisión judicial se ha adoptado después que el fiscal pidiera la inmediata detención del sospechoso después de que otro de los imputados no sólo reconociera su relación con la droga intervenida por el instituto armado sino que también señalara directamente a dicha persona como el hombre que estaba suministrando la droga que se distribuía a todo el grupo desarticulado.

El sospechoso, de nombre Said, y quien dice vivir de distintos negocios y empresas con las que cuenta en su país y en Balears, se presentó voluntariamente anteayer en el juzgado al saberse buscado. El juez Torres, sin embargo, no consideró oportuno tomarle declaración por las nuevas acusaciones que pesaban contra él y, a instancias del fiscal, ordenó a la Guardia Civil su detención antes de que abandonara el edificio. El acusado compareció ayer ante el magistrado y, según la información recogida por este periódico, estaba previsto que quedara en libertad provisional tras fijarse una fianza de 10.000 euros. El ministerio público, por su parte, requirió en este mismo acto que el sospechoso entrara en prisión, al parecer, para evitar cualquier riesgo de fuga.

Grupo magrebí

El juez Torres, titular del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, señaló en un auto que sobreseía provisionalmente la causa contra este hombre al entender que no había ni grabaciones telefónicas ni droga decomisada que le relacionara directamente, pese a que el Equipo de Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil hizo hincapié en su atestado en que dicha persona controlaba a grupo magrebí de la red. Durante las primeras declaraciones los sospechosos guardaron silencio sobre su persona.

La «Operación Brujas» se saldó con la detención de veinte personas (seis siguen en prisión), el hallazgo de un laboratorio en Sant Antoni para el tratamiento de droga y el decomiso de dos kilos de cocaína, cinco de hachís, nueve de sustancias para el corte, 12.000 éxtasis y más de 90.000 euros.