El Thopaga, un velero de principios de siglo XX, tenía su base en el puerto de Eivissa.

VANESSA DIAZ

El Thopaga, el pailebote que el Ayuntamiento de Eivissa quería convertir en Bien Catalogado y que se hundió frente a la costa bretona, se fue a pique en menos de una hora y media. Sus propietarios, Gerald Delgado y su mujer, Nicole Legler, consideran que sería una buena idea crear una fundación para que con urgencia se reflote un velero que se construyó en 1924. «Hay que sensibilizar a la gente y para ello cuento con la prensa, con la que quiero contactar personalmente», dijo ayer a este periódico Delgado.

El dueño de este legendario barco, con base en el puerto de Eivissa y que se ha perdido cuando navegaba hacia Brest para participar en un encuentro de barcos históricos, pretende para ello implicar directamente al Govern balear Delgado, en este sentido, recordó que el Thopaga forma parte del «patrimonio marítimo europeo» y consideró que es «misión de todos» recuperarlo.

Nuevos datos que han trascendido sobre su naufragio señalan que el pailebote pudo chocar con un contenedor u otro objeto que fuera a la deriva cuando el barco con sus nueve tripulantes se hallaba a unas 40 millas de Brest y navegaba a unos diez nudos. Nicole Legler confirmó ayer que un ibicenco era el que estaba de guardia y que éste notó de improviso como el casco golpeaba lo que causó el hundimiento de la embarcación. Tras la colisión, se detectó una vía de agua. Las bombas de achique no fueron suficientes y la propia Legler se encargo de pedir ayuda por radio. «Fue horrible ver la imagen del barco hundiéndose delante nuestra. Fue muy duro. Para nosotros es una pérdida enorme y también lo es para el resto de la gente», señaló. «Todos los servicios de seguridad obligatoria han funcionado de maravilla y gracias a ellos estamos aquí», añadió su marido después de el operativo de salvamento hubiera rescatado a toda la tripulación.