Tres jóvenes de Eivissa fueron juzgados ayer con relación al robo de equipos de música sustraídos en enero de 2004 de la discoteca DC-10 y que fueron valorados en 10.000 euros. Los sospechosos fueron atrapados un mes después en una operación efectuada por la Guardia Civil para acabar con un grupo juvenil al que también se le atribuyeron robos en casas de la isla, servicio en el que se recuperaron efectos cuya cuantía superaban los 26.000 euros.

Dos de los acusados confesaron ayer ante la responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa la autoría del delito y aceptaron una condena de un año. El tercer implicado, acusado de receptación por comprar los equipos, dijo no saber que habían sido sustraídos. El fiscal pidió para él una pena de ocho meses.